Como cada fin de año, publicaremos las perspectivas para el ejercicio siguiente de las principales casas de análisis, bancos de inversión, analistas financieros y gestores profesionales a nivel mundial. Hoy le toca el turno a Julius Baer.
La recuperación económica del mundo desarrollado continuará tomando impulso en 2014, mientras que los principales mercados emergentes tendrán que seguir lidiando con la contracción cíclica que han sufrido este año. Por el momento, la desconexión entre las tasas de crecimiento de estos mercados y las del resto del mundo ha llegado a su fin. Con la inminente normalización de la política monetaria y fiscal en las principales economías, los mercados financieros del mundo seguirán en estado de alerta. Los analistas de Julius Baer recomiendan a los inversores que abandonen las posiciones en clases de activos generalmente percibidos como refugio —como renta variable de mercados emergentes, bonos, efectivo y oro— y dirijan sus inversiones hacia bonos convertibles, el mercado de fusiones y adquisiciones, la moneda china, y el sector salud en cuanto a las inversiones temáticas.
La compleja reestructuración de la eurozona sigue avanzando y se merece un mayor reconocimiento
Si bien cabe esperar que las economías de la eurozona, salvo Grecia, salgan de la recesión en 2014, es probable que sus tasas de crecimiento apenas lleguen a una media del 1% y que la inflación se mantenga baja. Los ajustes estructurales y el desapalancamiento continúan debilitando la demanda. “Estas modestas tasas de crecimiento económico no bastarán para reducir el desempleo desde sus altos niveles actuales. Además, de no resolverse a lo largo de 2014, la escasez continuada de crédito bancario en las economías periféricas de la eurozona podría convertirse en un riesgo importante a medio plazo" explica Janwillem Acket, Economista jefe de Julius Baer, y añade que "en cuanto a la reducción del nivel de deuda privada, las economías de la eurozona están al menos dos años por detrás de EE.UU. y el Reino Unido, donde las tasas de crecimiento deberían llegar al 2-3% el próximo año".
En cambio, las balanzas por cuenta corriente de las economías de la eurozona afectadas por la crisis han mejorado constantemente desde 2011 y las exportaciones de estos países ya igualan, y en algunos casos incluso superan, a sus importaciones. En el sector empresarial, la continua reducción de los costes laborales unitarios en Grecia, Irlanda, Portugal y España también ha permitido una mejora impresionante de la competitividad económica de estos países. Por desgracia, Italia y Francia aún no han avanzado de la misma forma y, por tanto, existe el riesgo de que estas dos grandes economías puedan poner en peligro la recuperación sostenida de la eurozona. Por este motivo, los analistas de Julius Baer consideran que la corrección de la actual infravaloración del euro frente al dólar será lenta.
La era de la política monetaria ultraexpansiva llega a su fin
Aunque en 2014 se verán parcial o totalmente suspendidas las actuales iniciativas de política monetaria no tradicionales de la Reserva Federal, los analistas de Julius Baer prevén que la primera subida de tipos de interés desde el inicio de la crisis financiera no tenga lugar hasta 2015 como pronto, y posiblemente no suceda hasta un año más tarde, cuando la tasa de desempleo de EE.UU. por fin se aproxime al 6,5%. También cabe esperar que los bancos centrales de Europa, Japón, Reino Unido y Suiza mantengan sus tipos de referencia cerca de cero, a fin de no poner en peligro sus economías, aún débiles. En cambio, algunas economías emergentes —como Brasil, India e Indonesia— ya tuvieron que subir sus tipos de referencia en 2013 para mantener la inflación bajo control y contrarrestar la debilidad de sus tipos de cambio, y no podemos descartar nuevas subidas de tipos de interés clave en estos países en 2014. La excepción más destacada en este panorama de las principales divisas de los mercados emergentes es el yuan, que, gracias a la combinación de liberalización creciente y sólida evolución económica fundamental, ya ha avanzado en el proceso de consolidarse como divisa importante para el comercio y la inversión. En líneas generales, los principales bancos centrales del mundo van a hacer todo lo posible por minimizar el efecto adverso de sus cambios de política sobre los mercados financieros. En la práctica, sin embargo, el impacto de estos cambios de política suele resultar más brusco de lo que se pretende, como demuestra la experiencia de los últimos años. Por tanto, cabe esperar unos niveles más altos de volatilidad del mercado en 2014.
De la desconexión a la reconexión
Tras varios años de distorsiones importantes de las alineaciones históricamente establecidas, 2014 puede pasar a los anales de la historia de los mercados financieros como el año de la gran "reconexión". "Muchas reglas que sirvieron para orientar la inversión en el clima financiero desajustado que sufrimos en los últimos 12 años podrían resultar ineficaces para seguir cumpliendo esa función en los próximos meses o incluso años", sostiene Christian Gattiker, Estratega jefe y Director de Análisis de Julius Baer. Por ejemplo, existen una serie de tendencias a largo plazo que, o bien están muy avanzadas, o bien están llegando a un punto de inflexión, como se ha puesto de manifiesto en los mercados de renta variable, que se desconectaron de los tipos de interés mundiales a finales de la década de 1990 para iniciar una larga tendencia bajista. Ahora, sin embargo, Gattiker considera que "la aclamada nueva ‘normalidad’ está dando señales claras de reversión a la media a largo plazo, por lo que la prima de riesgo de la renta variable continuará bajando en detrimento de las inversiones en renta fija". Desde la perspectiva macroeconómica, también existen pruebas claras de que las inversiones en mercados emergentes y materias primas ya no protegen automáticamente frente a la debilidad del crecimiento económico europeo, pues muchos mercados emergentes han estado expuestos a los flujos de entradas de capital de los mercados maduros durante demasiado tiempo, por lo que ahora son excesivamente dependientes de la abundante liquidez que han traído consigo esos flujos. El exceso de consumo y el exceso de inversión resultantes han creado desequilibrios que ahora deberán ser corregidos.
Para obtener rentabilidad, los inversores tendrán que salir de su zona de confort
Aunque las condiciones del mercado han cambiado, muchos inversores están teniendo dificultades para estructurar sus carteras en consecuencia. Muchos partícipes en el mercado (y no solo inversores privados) en la actualidad pueden ser demasiado proclives a perder dinero en inversiones en renta fija, oro o valores de mercados emergentes, o a permitir que la inflación de los precios al consumo merme el poder adquisitivo de sus depósitos en efectivo. También existe una gran resistencia a invertir en valores estadounidenses, que actualmente están en máximos históricos, o en los mercados de renta variable europeos, algunos de los cuales han subido casi un 50% desde sus niveles de mediados de 2012. Sin embargo, si los inversores desean obtener rentabilidades positivas, tendrán que abandonar sus zonas de confort.
2014 será otro año de oportunidades de inversión. Los analistas de Julius Baer ven un mayor potencial en la realineación de los mercados financieros de la periferia europea con los tipos de interés crecientes de Alemania, en los bonos convertibles como clase de activo relacionada con la renta variable, en el mercado mundial de fusiones y adquisiciones, en la evolución del papel del yuan como nueva moneda de reserva mundial y en el sector salud en lo que respecta a inversiones temáticas. Como dice Christian Gattiker: "Como todos los años, en 2014 habrá momentos de crisis y problemas, y a menudo pondrá a prueba la resistencia y capacidad de adaptación de los inversores. Pese a ello, existen muchas probabilidades de que las inversiones en clases de activos de mayor riesgo puedan generar rentabilidades sólidas y recompensar a los que estén dispuestos a abandonar sus zonas de confort".