Un ministro posfranquista de Economía ¿o de Industria? se hizo famoso en su época, porque cada comienzo de ejercicio respondía a preguntas de los periodistas de manera metódica y sistemática, impertérrito, que el segundo semestre del año sería mejor. Esta cantinela la escuche al menos cuatro años. Cuarenta años después la frase se ha puesto de moda en los informes de situación de las principales firmas del mercado tanto nacionales como extranjeras. De ser cierto, lo importante es comenzar a hacer cartera ahora y esperar, como se pregona, una súbita recuperación de los precios y volúmenes en la segunda parte del año para recoger plusvalías. El análisis de los acontecimientos demuestra, sin embargo, que un alto porcentaje de participantes en el mercado hace justamente lo contrario y que el efecto manada, actitud puramente borreguil, es consustancial a la historia misma de la Bolsa, de tal suerte que todo el mundo compra cuando la Bolsa sube y al revés. Hay en estos apuntes de finales del primer semestre del año situaciones, no obstante, lógicas.
Los analistas apuestan por un segundo semestre boyante debido al cambio de ciclo en la contabilidad de los resultados empresariales. Las advertencias renovadas de empresas estadounidenses de que la primera parte del ejercicio será brillante, aun más que los ya excepcionales resultados de 2017, descansan en la inercia de la reforma fiscal de Trump y en la propia dinámica económica de la primera potencia del mundo.
Parece claro, por tanto, que salvo batacazos de gran calibre, los resultados de cierre del primer semestre serán mejores que los de cierre del año pasado. Mientras analistas y operadores filosofan, los mercados están obligados a abrir y cerrar sus puertas todos los días, a cotizar situaciones y expectativas en tiempo real. Cada jornada es una prueba de fuego para el mercado. A corto plazo, todas las miradas estarán puestas en los resultados empresariales y el twuitter de Trump.
Hay otros peros. Miedo a la recesión en USA. Las recesiones tienden a ocurrir poco después de que la tasa de desempleo, que alcanzó un mínimo de 18 años en mayo, llegue a un punto crítico. Lea más de Economic Synopses
Un gráfico vía St. Louis
Y como apunta Jordi Sevilla Segura. La política monetaria expansiva de Draghi ha permitido a España ahorrar en pago de interés desde 2012: 8.000m€ al Estado; 16.000m€ a las familias y 25.000m€ a las empresas. El primero subiendo su deuda y el resto rebajando, además, su endeudamiento.
Por lo tanto, atentos si llegan curvas.