Fuertes declaraciones, amenazas de no asistir a las cumbres, y de restricciones comerciales. Hasta el momento estas son las implicaciones diplomáticas hacia Rusia por su incursión en Ucrania, ya que pocos en Occidente pueden apoyar un enfrentamiento militar abierto con Moscú por su ocupación de Crimea.

Pero los mercados están castigando a Rusia mucho más rápido que los diplomáticos. Una amplia de activos rusos se han desplomado en los últioms días -acciones, bonos y el rublo. El Banco Central de Rusia subió inesperadamente su tipo de interés de referencia para apuntalar su divisa, y está gastando miles de millones de dólares en los mercados de divisas para enfrentar la caída del rublo.

Económicamente hablando, la realidad rusa no es tan robusta como la imagen proyectada por la retórica beligerante de sus funcionarios o militares. Su crecimiento se ha despegado de rivales como China e India desde hace un tiempo.

Es más, Rusia recientemente enfrentó una inflación de dos dígitos. Una caída prolongada del rublo podría presionar la inflación, erosionando aún más las perspectivas económicas del país.

Putin puede encontrar que sus acciones tienen un coste -no los costos que los líderes mundiales amenazan con imponer en sus vagos comunicados, sino aquellos producidos por miles de inversores sin nombre, que penalizarán las acciones, los bonos y la divisa del país. Estos son los ataques que no pueden ser repelidos por tropas y tanques, y que causan un daño aún mayor.

Quartz