Está claro, el BCE está decidido a evitar los riesgos deflacionistas y una tercera recesión. Para ello ha bajado los tipos de interés hasta casi el 0% y ha comenzado un programa de compra de activos de deuda, con el fin de dar más liquidez al mercado y reducir el apalancamiento de los bancos, fomentar la inversión y crear empleo.
Esta determinación deja a los inversores conservadores sin alternativa posible. La mayoría de los inversores y ahorradores van a tener retornos de entre el 0% y el 0%.
Los inversores más tolerantes al riesgo dependemos del porvenir del crecimiento mundial y de si las empresas logran hacer crecer sus beneficios. Si hay crecimiento, las bolsas deberían subir con mucha fuerza los próximos meses. Si no se evita volver a caer en otra recesión, las caídas también serán significativas. Eso sí, no estamos ni en el 2000 ni en 2007, es decir, no creemos q vivamos un crash bursátil como los vividos, porque el punto de partida actual sigue siendo muy bajo.
El caso es que una de las tesis de inversión más claras para 2015 es que la rentabilidad por dividendo de la renta variable adecúe sus retornos al nuevo escenario de tipos de interés. Es decir, tiene sentido que la rentabilidad por dividendo de la bolsa sea del 4% cuando la rentabilidad de los activos sin riesgo está en esos niveles. Pero cuando el tipo de intervención esta en el 0%, la rentabilidad de los bonos alemanes están en el 0,7% , los depósitos apenas nos remuneran al 0,5% o las letras del Tesoro nos dan un raquítico 0,15%, no tiene sentido que los dividendos de las compañías más sólidas y con menor volatilidad de sus ingresos, nos sigan dando un 4% o un 6%.
La renta fija ha vivido una última década gloriosa de rentabilidades magnificas y volatilidades bajísimas. Toca el turno a la bolsa por dos motivos:
1.- Más crecimiento de los beneficios
2.- Re-rating o encarecimiento de la renta variable en búsqueda de yield (o rentabilidad).
El segundo punto parece de perogrullo y es que creemos que es evidente que se corre más riesgo actualmente invirtiendo en renta fija corporativa que en acciones de esas mismas compañías.
Es decir, Unilever, Nestle, Novartis, Adidas, Philips, Siemens, Shell, por poner algunos ejemplos, están comprando sus propias acciones para amortizarlas y financiarlas con emisión de deuda a tipos ridículos. Unilever, que tiene una rentabilidad por dividendo del 3,7% anual y un free cash flow yield del 5%-6%, no se financia a ese tipo (del 3,7%) ni emitiendo bonos a 30 años, sus bonos con vencimientos a corto plazo están cerca de 0% y a 10 años se pueden financiar por debajo del 2%. El arbitraje es evidente. Las empresas lo están arbitrando y lo seguirán haciendo.
Como el BCE está comenzando su programa de QE, que durará entre 2 y 4 años como poco, no parece lógico que suban los tipos de interés, así que tendrán que subir las acciones de las empresas con dividendos estables, visibles y sostenibles, para que la rentabilidad por dividendo viva en el mismo escenario de tipos que la renta fija. Para que la rentabilidad por dividendo de Unilever esté en los niveles que la emisión de sus bonos a 10 años, tendría que estar cotizando a 60€ (hoy cotiza en torno a las 30€), Entonces, tendría una rentabilidad por dividendo del 1,8% y un PER de 35x y seguiría más barato que la renta fija en términos relativos...
Por último, el mercado de renta fija, que ya era muy grande hace unos años, ha crecido más del 50% en los últimos años. El mercado de renta variable ha demostrado que, hasta en los peores momentos de liquidez de 2008, dio liquidez a todos los agentes financieros, mientras que la renta fija, un mercado menos liquido, cada vez que hay un susto, se rompe y no hay quien venda un bono al precio del día anterior. A los tipos actuales de la renta fija, no merece la pena correr el riesgo para tan poca rentabilidad.