El pasado día 31 de Marzo en Los Ángeles, se presentó el nuevo modelo de la compañía norteamericana, el Tesla Model 3. De forma paralela se abría la posibilidad de realizar reservas para la adquisición y se formaban grandes colas en muchos concesionarios al puro estilo de las presentaciones de los productos de Apple, algo totalmente nuevo en el negocio de venta de coches.
Pero lo más relevante de la acogida del nuevo modelo que no se comenzará a entregar hasta finales de 2017 es que en apenas unos días, Tesla ya ha superado el nivel de las 325.000 reservas (el importe de la reserva es de 1000$).
Esto supone que las proyecciones de la compañía para los próximos años que hasta hace unas semanas eran cuestionadas por algunos analistas comiencen a sonar más realistas, ya que la mega factoría que está construyendo podría fabricar hasta 500.000 unidades al año.
Pero es que si tenemos en cuenta que la empresa norteamericana actualmente fabrica 50.000 unidades al año, supondría un gran cambio en cuestión de menos de dos años, que llevaría a multiplicar por diez veces las ventas, lo que supondría a su vez un gran aumento de los ingresos y por tanto de los beneficios esperados.
Además cabe destacar que la compañía en cuestión de días ha recaudado más de 325 millones de dólares por las reservas realizadas (lo que supone el triple de la demanda esperada).
Pero lo más importante es que lo que anteriormente eran proyecciones, ahora es una demanda real por parte de los consumidores, que reservan el vehículo a casi dos años vista, lo que también es algo totalmente novedoso en el sector y que permite a la empresa eléctrica poder asignar las inversiones de una forma más eficiente.
La parte más crucial y donde radica el punto de inflexión para Tesla, estará en que pueda absorber toda la demanda de este nuevo modelo y sea capaz de entregar los vehículos en las fechas comprometidas, en cuyo caso obtendría unos ingresos de 14.000 millones de dólares, siempre y cuando todos los clientes comprasen su coche reservado y no la cancelasen en ningún momento.
Por lo que los próximos 18 meses determinarán si la compañía se convierte en una empresa a tener en cuenta por sus rivales tradicionales y con unos beneficios considerables o si por el contrario no consigue proveer a tiempo a sus clientes, en cuyo caso la compañía tendría una situación complicada.
Pero quizás la parte más interesante de la compañía es que todos sus concesionarios son propios, por lo que tiene un mayor control sobre su producto y conoce de primera mano las demandas de sus clientes, por no hablar de que al no existir intermediarios, obtiene un mayor margen de cada venta.
Además otro de los factores diferenciales y donde tiene una ventaja competitiva clara es en la tecnología utilizada, ya que actualmente sus coches ya disponen de la posibilidad de automatizar la conducción y permite a través de algunos dispositivos, configurar muchísimos aspectos del coche o incluso aparcar o sacar de una plaza de garaje el coche utilizando un Apple Watch.
Por lo que debemos considerar que Tesla no es una compañía que fabrica solamente automóviles, sino que también es una compañía tecnológica y que actualmente posee un situación de ventaja en lo que se cree que será el futuro del sector en la próxima década, que no es ni más ni menos que la conducción automatizada.
Si analizamos la acción desde un punto de vista de análisis técnico, veremos cómo la compañía marcó mínimos del último año en niveles de 141$ y como en cuestión de menos de dos meses ha recuperado los niveles de 240$, por lo que el máximo marcado en 286$ queda relativamente cerca, después de la gran recuperación que se ha producido.
Es importante tener en cuenta que al ser una compañía que fabrica actualmente solo dos modelos y que solamente fabrica coches eléctricos, el comportamiento de la acción estará en gran medida unido a las expectativas de crecimiento de la compañía y al cumplimiento de su plan estratégico 2020.
Si nos fijamos en la volatilidad de la compañía en el último año veremos que supera el 51%, lo que concuerda con una compañía que tiene oscilaciones en su cotización, tal y como hemos indicado con anterioridad.
Quedan por tanto unos meses interesantes para ver la evolución de la compañía, de sus ventas y de su adecuación de capacidad de fabricación a estos, lo que determinará al final si Tesla se convierte en la nueva Apple, con todo lo que significa esto, o si por el contrario no consigue cumplir las altas expectativas creadas.