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La deflación amenaza a la Zona Euro. ¿Cómo defenderse?

por Selfbank Hace 11 años
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Los últimos datos conocidos de evolución de precios en los países europeos han alimentado la idea de que las economías europeas se dirigen a un entorno de deflación. Este fenómeno se define como la bajada generalizada y prolongada (como mínimo dos semestres, según el FMI) del nivel de precios de bienes y servicios. Es uno de los "monstruos" más temidos desde un punto de vista económico, ya que puede provocar una sustancial caída en el nivel de precios e incrementar el nivel de empobrecimiento: las compañías que venden ganan menos, afectando a los resultados, especialmente de aquellas más expuestas a la economía en deflación. Dicho esto, es necesario recalcar que la caída de los precios (sin entrar en deflación) no es perjudicial; de hecho es positiva ya que facilita la bajada de tipos de interés (como apreciamos hace escasos días por parte del BCE) y pon tanto supone una menor carga financiera para empresas y familias.

Actualmente son muchos los expertos que han hecho saltar las alarmas sobre este tema, después de que diferentes países de la Zona Euro hayan experimentado un descenso del índice de precios de consumo. Los últimos datos de evolución de los precios en nuestro país mostraban un IPC en tasa interanual en terreno negativo (-0,1%), al tiempo que la tasa interanual de inflación de Reino Unido cayó en octubre a su nivel más bajo en más de un año. Otros ejemplos serían el caso de Francia, con una caída en los precios en octubre del -0,1% respecto al mes anterior, o la propia Zona Euro, con un descenso en octubre del -0,1% MoM, dejando la tasa interanual en el 0,7%.

Es indudable que estas cifras suponen una amenaza latente, aunque pensamos que es pronto para alertarse en exceso; especialmente porque seguimos contando con datos de deflactores del PIB en terreno positivo y unas cifras de consumo privado, que muestran cada vez mayor visibilidad, por lo que quizá más bien nos estemos dirigiendo hacia un escenario con niveles de precios bajos (por debajo del 1%) pero en terreno positivo.

Por último, finalizamos dando algunas "recetas" que podrían servirnos de escudo ante este tipo de fenómeno: una de las alternativas para los inversores sería apostar por compañías exportadoras y con poco nivel de endeudamiento; en el caso de compañías muy endeudadas, su problema estribaría en que en términos relativos una caída del nivel de los precios reduciría el valor de los activos, haciendo aumentar la deuda de dichas entidades, debilitando por tanto su capacidad para hacer frente a las deudas. Además, las acciones de este tipo de entidades suelen ser castigadas porque su coste financiero se elevaría en términos reales, al tiempo que los productos que venden serían cada vez más baratos, lo que daña a sus márgenes. Otra alternativa que podría ser recomendable en este tipo de escenarios es optar por comprar deuda directamente (siempre que el emisor sea solvente) ya que la deflación aumenta en ocasiones el valor real de la deuda: en estos casos, si se produce una bajada de tipos de interés por parte de las autoridades monetarias, el impacto es positivo para este tipo de activos ya que su precio sube.


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