Todo es posible….más o menos es lo que vino a decir hace unos días el Gobernador del BOE preguntado por las opciones que se le abren al Banco Central británico tras el Referéndum.
Subir tipos, quizás bajarlos; retirar medidas expansivas, aunque también puede ampliarlas.
¿De qué depende que se tomen unas medidas o precisamente las contrarias? No sólo del Referéndum en si, de su resultado, como también del resto de los mercados internacionales. Y naturalmente de la propia situación interna.
Ya hemos comentado que el deterioro de los riesgos domésticos ha sido evidente en los últimos meses: déficit exterior, elevado consumo (y bajo ahorro), creciente deuda y sobrevaloración real estate. Tanto, que la caída de la Libra aunque identificada por la incertidumbre del Referéndum incluso se puede considerar una buena noticia para amortiguar parte del escenario de riesgo doméstico.
Pero, ¿qué puede ocurrir si finalmente gana el no?.
Ya saben que las crisis ocurren porque no se anticipan.
Anticipar los riesgos del sí quizás, numerosos e importantes, quizás también es la mejor forma de combatir que finalmente ocurra.
Aunque, es también evidente, no debemos confundir el comportamiento la mayoría de las veces racional de los mercados con decisiones políticas y sociales que quizás no lo con tanto al depender de sentimientos.
Mis economistas estiman que la moneda ya ha descontado con un descenso del 8 % la posibilidad de un Brexit. El no podría llevar a un ajuste al alza del 2 % inicialmente y del 6 % restante de forma progresiva.
Por el contrario, un Brexit podría empujar la moneda más abajo con una depreciación adicional del 3 % que se podría ampliar hasta un 12 % durante el siguiente mes.
Ya saben que el Tesoro británico estima un empobrecimiento de hasta un 4 % en los próximos 15 años derivado de la salida de la EU. Admito que no es un cálculo que me resulte muy extraño.
Naturalmente, las opciones varían a futuro en función del tipo de acuerdo que se adopte con la EU. Y se toman diferentes ejemplos para valorarlo. Veremos.
Pero, lo realmente importante sería la incertidumbre creada. Partiendo de que en nuestra opinión no está del todo claro que se mantuviera el Gobierno británico actual liderado por Cameron. Sí, él se ha reafirmado que no dejaría el puesto. Pero, ¿tiene sentido tenerlo tan claro ante una división tan clara sobre el Referéndum dentro del Gobierno?.
¿Y sobre el resto de la Eurozona? También esperaríamos consecuencias. Quizás incluso tan importantes como en UK. Al final, el EUR es una decisión política. Y no cuenta con una base sólida hoy por hoy que la haga viable desde el punto de vista monetario (pese al empeño loable del ECB). Cualquier duda sobre el compromiso político en su supervivencia sería sin duda una pésima noticia. Más aún si se ve acompañada de un nuevo deterioro en las perspectivas macro a futuro.