Aumenta la posibilidad de una subida de tipos en junio o julio. Aunque nosotros seguimos apostando por una subida en septiembre. Si se dan las circunstancias.
En definitiva, resta importancia a la debilidad económica considerando la fortaleza del mercado de trabajo. Además, elimina la reflexión sobre la dificultad del contexto internacional como un riesgo para el outlook.
Pero mantiene el mensaje anterior sobre las expectativas de inflación. Y no alude a los riesgos sobre inflación.
Para algunos analistas, los mercados no siguen a la Fed; es la Fed la que sigue a los mercados. Quizás tengan un poco de razón. Aunque, es también evidente, otros bancos centrales siguen la misma tónica.