Ayer conocimos las Actas de la última reunión del FOMC. Ya hemos analizado sus conclusiones: ambigüedad. De hecho, la publicación de las actas de los bancos centrales ya se ha convertido en un importante referente para los mercados. Es relevante compartir las impresiones en las reuniones de política monetaria, especialmente cuando la política monetaria se ha convertido en el principal instrumento de las autoridades (monetarias pero también políticas) para alcanzar los objetivos finales. Sí, me refiero al empleo (y a la inflación). Ahora bien, si en el pasado la política de transparencia se ha convertido en un valor añadido más, como de hecho se pone de manifiesto en el forward guidance, ahora puede ser también un factor de riesgo para la estabilidad de los mercados cuando lo que refleja, como está ocurriendo con las de ayer para la Fed, es la disparidad de opiniones dentro de los bancos centrales.
Sigo pensando que las decisiones de los bancos centrales deben ser predecibles. Por esto me ha despistado tanto el reciente recorte de tipos desde el ECB como la decisión de septiembre pasado de la Fed de no iniciar el recorte de las compras mensuales de papel. En el primer caso, por la inseguridad que genera. En el segundo, porque supuso un giro de 180 grados en los mensajes anteriores. Ayer mismo leímos que algunos consejeros de la Fed consideraron que la decisión de septiembre refleja la firmeza de la política monetaria más allá de los mercados. Curiosa valoración cuando los mercados dependen de forma evidente de la política monetaria. De hecho, la confusión generada tras el FOMC de septiembre se ha visto en cierta medida explicada en el caso de la Fed con la publicación de las actas de los dos últimos meses. Muchos consejeros apostaron por conocer el desenlace de la tensión política, cuando la mayoría prefirió esperar a conocer nuevos datos económicos para tomar la decisión. Pero, al menos, ya sabemos que el Taper puede comenzar en los próximos meses. Y esto es lo importante (y negativo) en estos momentos.
Ayer un periódico alemán adelantó que el ECB comenzará a publicar a corto plazo las actas de sus reuniones. Sin duda, una buena noticia en aras de la transparencia. Pero, no estoy tan seguro que lo sea también para la necesaria estabilidad del mercado. Imagino que toda información es poca en tiempos tan complejos como los actuales, pese a que un exceso de información también puede ser negativa en situaciones de incertidumbre sobre el futuro. Y, como he dicho antes, la política monetaria es clave para aislar a los mercados de esta incertidumbre. Un mensaje dovish o hawkish de las Actas puede reforzar o contradicir el mensaje oficial. Si lo refuerza, bienvenido sea. Ayer mismo también tuvimos un ejemplo de esto último con la publicación de las actas del último MPC. Cuando la mayoría del mercado hace cábalas sobre el momento en que el BOE comenzará a subir los tipos (ahora las encuestas lo fijan en 2015 desde el 2016 anterior) ayer conocimos que buena parte de los consejeros de la autoridad monetaria británica dan más importancia a la moderación de la inflación que a la fortaleza del crecimiento. Interesante que para contener la inflación se aluda a la subida de la moneda. Pero, ¿qué hubiera pasado si hubieran mostrado todo lo contrario? Esto es lo que podría ocurrir en el caso del ECB, especialmente cuando ya los discursos de sus consejeros no reflejan la unidad necesaria para un mercado ávido de pistas sobre las próximas decisiones de política monetaria.
Por cierto, ayer conocimos también las nuevas encuestas del mercado de Reuter sobre las próximas decisiones desde el ECB.
La media de respuestas dan una probabilidad del 25 % a que el ECB aplique un QE en los próximos doce meses. No resulta muy creíble, por el momento. Pero 28 de los 40 economistas encuestados sí consideran que el ECB anunciará un nuevo LTRO en 2014. ¿Coordinada esta decisión con la posibildiad de poner el tipo de depósito en negativo? Si el QE ya lo han utilizado otros bancos centrales, en el caso del tipo de depósito en negativo tendríamos la "primicia".
S
obre la inflación, la previsión de los economistas es para una aceleración de la subida de los precios hasta niveles de 1.4 % a finales de 2014 desde el 0.4 % a finales de este año.