En el último informe, comentaba lo siguiente: “(…) En verdad, lo que me llama poderosamente la atención es la señal de clímax alcista generada por mi indicador de volumen. La última vez que apareció esta señal fue el 15 de noviembre, un día antes de que se formase el techo de la anterior rotación de este ciclo. Por si esto fuera poco, recuerdo que precisamente el viernes se cumplía el TT, circunstancia a la que no conviene hacer caso omiso”.
A todas luces, la señal de clímax alcista identificó que el S&P 500 iba a tomarse al menos un día de descanso, circunstancia corroborada de nuevo por mi indicador de volumen, que ayer detectó una recogida de beneficios.
Por otro lado, la onda sinusoidal no ha modificado su pronóstico sobre el TT. En el supuesto de una extensión de las alzas, recuerdo que la siguiente vibración no aparece hasta el viernes de esta semana.
Entretanto, para activar una señal de la posible conclusión de la fase ascendente del ciclo, el precio debe romper a la baja la nueva línea horizontal situada en 1.794,70.
Tendencia acelerada en el S&P 500
Para la elaboración de lo que voy a exponer ahora no he empleado el análisis cíclico; me he valido, en cambio, del conocimiento extraído de la minuciosa observación de cientos de gráficos. Entender los distintos modos en que puede evolucionar la tendencia alcista o bajista de cualquier activo deviene muy valioso para un especulador. Aunque hasta este momento apenas he incorporado a mis informes esta clase de análisis, debo reconocer que tengo a bien usar este conocimiento con vistas a hacerme una composición de lugar más precisa de cada activo que estudio.
Pues bien, de los tres tipos de tendencias consignadas por mí (normal, débil y acelerada), el S&P 500 está inmerso en una tendencia acelerada. Una característica para identificarla es que pueden dibujarse en el gráfico al menos tres líneas de tendencia, cada una de ellas con un ángulo distinto. El hecho de que el precio adopte en su movimiento ángulos cada vez mayores se explica porque con cada tirón la tendencia adquiere una velocidad creciente.
Una de las características de la última etapa de este tipo de tendencia es que las correcciones se hacen cada vez más pequeñas, tanto en tiempo como en precio. Por ejemplo, en los estertores de este tipo de tendencia podría desfilar ante nuestro ojos algo así como 4 días de caída y 30 puntos de corrección seguidos de un nuevo máximo, tras el cual vendrían 3 días de caída y 25 puntos de corrección seguidos de un nuevo máximo, tras el cual asistiríamos a 2 días de caída y 20 puntos de corrección seguidos de un nuevo máximo, tras el cual se registraría un día de caída y 10 puntos de corrección seguidos de un último nuevo máximo.
En el siguiente gráfico mensual del Dow Jones muestro la tendencia acelerada de este índice entre 1932 y 1937. Las tres líneas de tendencia nos hablan de la velocidad creciente de la tendencia. A este análisis primordial, he añadido el factor tiempo de acuerdo con uno de los ciclos maestros de Gann, el de 5 años o 60 meses, en este caso medido de suelo a techo. Es decir, este es un ciclo cuya naturaleza es distinta de la que poseen los ciclos que engrosan mi modelo. En el gráfico se observa que justo cuando se cumplieron los 60 meses se estaba a punto de formar un máximo decreciente al que siguió un desplome del precio.
Veamos ahora qué sucedió entre 1982 y 1987. El gráfico mensual del S&P 500 es muy elocuente. Tres líneas de tendencia y 60 meses de suelo a techo.
En los techos cíclicos constituidos en 2000 y 2007 vemos el mismo patrón, si bien el techo del año 2000 se formó unos meses después de cumplirse el ciclo de 60 meses.
Si miramos al gráfico actual, comprobaremos que los 60 meses se cumplen en marzo de 2014. Por tanto, mes arriba o abajo, la fecha de marzo de 2014 es de suma importancia, por cierto no muy lejana del TT del ciclo de 4 años de mi modelo y coincidente con dos vibraciones de Gann. A todo esto, con arreglo a técnicas del propio Gann, he añadido otros dos niveles que ofrecerán enorme resistencia en el caso de que sean alcanzados.
Un aspecto interesante de las tendencias aceleradas es que su fase terminal suele durar 90 días de calendario, medidos de suelo a techo. Entremedias, sucede que en muchas ocasiones se produce una corrección que encuentra suelo a los 60 días de calendario, suelo a partir del cual se inicia una última subida hasta completar los 90 días.
En el techo formado en 1929, el Dow Jones completó una última subida que cumple las características que acabo de enumerar.
En el techo formado en 1987 ocurrió lo mismo.
También en 1994 asistimos al mismo patrón.
En el momento actual, hay dos opciones. Si tomamos como punto de partida el mínimo del 28 de agosto, estaríamos ya ante una cuadratura de espacio y tiempo, dado que hoy se cumplen 90 días de calendario desde el 28 de agosto y el S&P 500 ha subido 180 puntos.
En cambio, si tomamos como punto de arranque el mínimo constituido el 9 de octubre, los 90 días se cumplen el 8 de enero. Entretanto, de acuerdo con el patrón visto en 1929, 1987 y 1994, podría formarse un suelo al llegar a los 60 días de calendario (9 de diciembre), momento que podría ofrecer una magnífica oportunidad de especulación. Muy probablemente, ese suelo coincidiría con un suelo del ciclo de 40 días de mi modelo.
Permanezcan atentos.