A corto plazo la exuberancia irracional de Wall Street empieza a ser una sería amenaza. A medio plazo en octubre empiezan los dos mejores trimestres del año: el último y el primero.

Los mercados siguen hipnotizados por las políticas monetarias de sus bancos centrales, y actualmente lo único que los mueve, es la posibilidad de un aplazamiento de la subida de tipos en USA hasta diciembre, y todo lo demás es flor de un día. En Europa, además de seguir con fidelidad perruna los movimientos de Wall Street, el QE del BCE ya ha gastado más de un billón de euros en compra de bonos y sigue subiendo, aunque la reunión del BCE ha enfriado, momentáneamente, los ánimos, al no tomar ninguna iniciativa nueva. Los bancos centrales han creado una montaña de liquidez, la mayor de todos los tiempos, y las empresas las usan para recomprar acciones propias, amortizarlas, y así, a pesar del retroceso de los beneficios, mantener el BPA, y de paso, impulsar la cotización.

El Ibex 35 supera los sicológicos 9.000 puntos, después de superar resistencias importantes, dentro de un canal alcista. Técnicamente, la verdadera resistencia está en los 9.200-9.350 puntos, nivel que parecía impensable tras el Brexit. Todo indica que falta un recorte técnico profundo antes de atacarla con probabilidades de éxito, pero últimamente la exuberancia de Wall Street, que sigue haciendo máximos históricos, lo desnaturaliza todo.