Nunca hemos tratado en estas páginas la derivada política de la evolución del petróleo en los países productores. Hoy vamos a centrarnos gracias al análisis del economista mejicano Kohoutek Velasco, en la impliación de la caída del crudo en los exportadores latinoamericanos, cuya evolución económica tiene un efecto directo sobre la economía española. Veamos que señala Kohoutek:
Hace algunos años, en los tiempos de bonanza petrolera, todo parecía marchar bien: Desde el precio del dólar hasta las finanzas nacionales pues PEMEX, empresa maestra del crudo, aportaba y aportaba bien, aunque ya desde ese entonces y mucho antes arrastraba cuantiosos conflictos
Después vino un duro despertar; Cuando más altos estaban los sueños y proyecciones respecto al precio del barril – respaldado por su máximo histórico, claro está. – este cayó, se desplomó y nada ha vuelto a ser como antes, por lo menos para los estatistas.
La caída del barril representó, entonces, un shock a la mayoría de economías latinoamericanas quienes estando fuertemente ligadas al precio del petróleo, vieron buena parte de sus ingresos disminuir, destapando una cloaca de desfases y malos manejos que, aunque evidentes, podían maquillarse con la bonanza petrolera
¿No les parece contradictorio? Es decir, cuando el precio de un producto disminuye hay ciertas aristas positivas, como el hecho de que sus derivados son más accesibles – Como la gasolina, por ejemplo. – beneficiando, visiblemente, el bolsillo de todo ciudadano. – Es algo inevitable, el precio de la gasolina puede afectar incluso el precio de los productos para el consumidor final. –
Sin embargo, cuando el gobernante de turno se refiere a una baja en el precio del crudo por barril, suele hacerlo con el peor de los gestos; como si todos los malos augurios pesaran en su espalda. ¿Por qué? ¿Acaso no es bueno para el ciudadano tener un poco más en el bolsillo? Pues tal parece que no.
Recordemos, brevemente, que la mayoría de economías latinoamericanas – y de muchos otros lados del mundo – se sostiene en buena parte o gracias al precio del petróleo al ser sus paraestatales quienes gestionan no solo los gastos, sino también las ganancias. Y claro que el estado, mediante sus “empresas productivas” quiere ganar más, asegurarse y afianzarse para poder, en dado caso, disimular todo lo negativo que hay detrás tal cual hiciese Hugo Chávez, en Venezuela. – Los problemas actuales no son resultado de la caída del precio del petróleo, estaban mucho antes, escondidos por millones y millones de dólares provenientes del petróleo caro…. –
Afortunadamente, algunos países han comenzado una transición para salir de este agujero pues, aunque tardaron décadas para entenderlo, es imposible manipular al mercado sin afrontar sus consecuencias, en este caso, un nuevo desplome en el precio del barril que, de darse, sería el punto final en el haber de mucho.
Así, podemos observar, de frente, las primeras sonrisas de un nuevo shock pues con las medidas recientemente tomadas para elevar el precio del crudo, pocas cosas buenas pueden augurarse. No caigamos en la teoría del más tonto, hay que anclarnos antes de que la bonanza artificial se vuelva una loza sepulcral.