Los inversores deben controlar de forma correcta el ruido del mercado, porque los movimientos del día a día realmente tienen poca incidencia sobre los objetivos a largo plazo planteados al construir una cartera de inversión. Si ha diseñado una cartera que se haya ajustado a sus objetivos y horizonte temporal de inversión, no hay razón para perder el tiempo entrando y saliendo del mercado con la cartera de fondos seleccionada. A lo largo de los años el daño que se produce en la rentabilidad de la cartera como consecuencia de un exceso de entradas y salidas de fondos es muy superior a estar simplemente parado.
El inversor debe establecer análisis y comprobaciones periódicas a lo largo del año para asegurarse que su cartera camina por la senda correcta. Incluso a pesar de que nada haya cambiado en nuestras inversiones, es de vital importancia asegurarse que la asignación de activos prevista en nuestro análisis previo de perfil de riesgo sea la correcta. Lo recomendable es trimestralmente realizar comprobaciones y una vez al año un análisis más detallado. Si en la revisión anual observamos que la asignación no es la correcta y se aleja de nuestra meta hay que poner en marcha lo que se conoce como rebalanceo.
Cada trimestre, se realiza una ligera revisión con la que tomar ideas de inversión futura. Esto nos permite reducir el tiempo de análisis en la revisión anual y anticipar problemas que sean de difícil solución a final de año. El objetivo de los análisis trimestrales es verificar cambios importantes o tendencias dentro de nuestra cartera global.
En ningún caso, la realización de comprobaciones trimestrales debe ser considerada como sustituta del análisis anual, ni tampoco fruto de ellas deben producirse importantes decisiones de compra o venta. La revisión debe ser directa y centrarse en tres aéreas claves de la cartera:
1. Rentabilidad
Rentabilidad de la cartera en el último trimestre y desde el comienzo del año.
Los mejores y peores fondos tanto en los últimos tres meses como desde el comienzo del año.
Los mejores y peores con respecto a su categoría.
Cuando finaliza el primer trimestre lo primero en lo que nos fijamos es en la ganancia o pérdida de la cartera en su conjunto, cuando deberíamos centrarnos en qué fondos han contribuido en ese trimestre más y menos al retorno total de cara a realizar los ajustes necesarios a final de año.
No solo debemos de fijarnos en nuestra rentabilidad en términos absolutos, sino que es importante enfrentar la rentabilidad frente a nuestros comparables, puesto que nuestro peor fondo puede estar comportándose mejor que los que están en su misma categoría. Si un determinado fondo juega un rol importante en cuanto a diversificación, podemos acabar manteniéndolo a pesar de que mantenga un comportamiento alejado del mercado. Es por ello importante siempre comparar el comportamiento de cada fondo con respecto a sus similares en cada categoría.
2. Asignación de la cartera
Asignación de Activos.
Estilo de Inversión.
Ponderación Sectorial.
En cada una de las revisiones trimestrales, debemos revisar las asignaciones de activos realizada para ver cómo ha cambiado la situación global de nuestra cartera. También debemos comparar y separar las ponderaciones sectoriales y por estilo de inversión y las desviaciones que se hayan podido producir. Las alteraciones que se puedan producir en un periodo de tres meses no son importantes ni deben llevarnos a tomar decisiones precipitadas en cuanto a ponderar más o menos un fondo frente a otro. Mantener un control sobre ello nos basta para facilitar los cambios más importantes que deben ser realizados en la revisión anual y anticiparnos a las tendencias antes de que la cartera pueda sufrir cambios dramáticamente.
3. Noticias y cambios en los fundamentales
Cambios de gestor o estrategia.
Cambios en los costes totales.
Eventos que afecten a la Gestora.
Esta es la parte más importante de las revisiones trimestrales, por lo que requiere un análisis más profundo por si hubiera cambiado algo relevante en algunos de nuestros fondos. Pongamos por ejemplo que uno de los fondos en cartera inicia un proceso de cambio de gestor, es esencial en ese momento conocer quién es el nuevo gestor, su experiencia en gestión o cualquier cambio que se vaya a producir en el Fondo. Los cambios tanto de gestor como de estrategia son siempre señales de venta, pero siempre es necesario implementar un análisis adicional.
4. Revisión anual
A pesar de que llevar a cabo una revisión trimestral pueden no llevarnos mucho tiempo, la revisión anual si requiere que le dediquemos una cantidad de tiempo mayor puesto que es en este momento donde se producen los cambios más importantes.
En primer lugar debemos comprobar el peso asignado en nuestra cartera a:
Efectivo, acciones, Bonos.
Estilos de Inversión.
Fondos Sectoriales.
Activos individuales.
Exposición internacional.
5. Mix de Activos
Incluso si decidimos realizar una asignación de activos muy simple, con el tiempo se produce un desequilibrio. Las acciones generalmente ofrecen un retorno superior que la liquidez y los bonos pudiendo incrementar la ponderación deseable sino realizamos ningún tipo de ajuste.
Sin embargo, cuando los mercados se encuentran en una situación complicada lo opuesto puede ocurrir: las acciones pierden valor infra ponderando el peso deseable. Además, no importa lo que ocurra en el mercado puesto que es probable que a medida que pase el tiempo deseemos tener en nuestra cartera un peso cada vez mayor de inversiones conservadoras que nos permitan ajustarnos a nuestros objetivos de largo plazo.
Mantener el correcto equilibrio entre acciones y bonos es la mejor herramienta para mantener controlada la volatilidad de la cartera y proteger las ganancias que hemos tenido. Una exposición excesiva a renta variable puede aumentar la vulnerabilidad de nuestra cartera. Por otro lado, ponderar de forma excesiva los bonos puede privarnos de alcanzar nuestras metas a largo plazo.
6. Estilos de Inversión
Al igual que las ponderaciones entre bonos y acciones pueden cambiar con el tiempo, el mix de estilos de inversión también puede hacerlo. En un determinado año, fondos de diferentes estilos de inversión se pueden comportar de forma muy dispar, de ahí que mantener fondos de diferentes estilos en cartera sea una condición de vital importancia de cara asegurarnos el éxito a largo plazo. En los años noventa los fondos de grandes empresas de crecimiento fueron con diferencia los mejores de cualquier estilo de inversión. En consecuencia, tener una ponderación mayor de este estilo hubiera sido lo más acertado.
Aquellos que sin embargo no prestaron atención al mix de estilos de inversión durante el año 2000/2001 sufrieron una pérdida importante.
Los cambios en cartera también se pueden producir por otro tipo de razones. Durante 2004 y 2005 muchos gestores con un enfoque de valor comenzaron a incluir en sus carteras valores que eran considerados de crecimiento, afirmando que eran valores demasiados interesantes como para pasarlos por alto. Por lo tanto, es posible encontrarnos con Fondos de valor con importantes posiciones en empresa de crecimiento que mantengan nuestro mix de estilos de inversión en desequilibrio.
7. Exposición Sectorial
Establecer análisis de exposición sectorial debe formar también parte de nuestro análisis anual. Si encontramos una mayor exposición de una industria frente a otra, debemos considerar reducir posiciones en el fondo o fondos responsables y viceversa.
La concentración en determinados sectores puede impulsar la rentabilidad en determinados momentos, pero dejarnos vendidos antes eventos inesperados.
8. Concentración en valores
Aunque valores importantes puedan jugar un rol significativo en una cartera es importante comprobar cuáles son las mayores posiciones de algunos de nuestros fondos para evitar solapamientos y excesos de inversión.
Al agregar las posiciones en acciones individuales a las mayores posiciones de nuestros fondos no es infrecuente encontrarnos con que algunos valores pueden llegar a suponer más de un 5% nuestra inversión total. Por ello, es necesario o bien reducir posiciones en el activo o en el fondo donde la exposición sea mayor.
9. Exposición Internacional
Por último, debemos mirar nuestra ponderación por zonas geográficas y países. Los Fondos de acciones extranjeras pueden cambiar sus ponderaciones de forma frecuente y por lo tanto hay que mantener el equilibrio frente a otras posiciones en cartera.
Importante es no dejarse llevar por las coletillas de fondos globales o internacionales para confiar en tener algo de exposición internacional, puesto que en ocasiones pueden llevarnos a engaños.
10. Rebalanceos
Al finalizar la revisión anual es momento de realizar los ajustes necesarios para equilibrar las ponderaciones establecidas al inicio acorde a nuestro perfil de riesgo y objetivos.
El rebalanceo a priori puede parecer contraproducente puesto que, si una posición se desmarca de su equilibrio, pero sin embargo nos está aportando mayor rentabilidad uno se pregunta ¿por qué deshacerla? La respuesta es el riesgo. Un reparto equitativo entre bonos y acciones en el año 1995 hubiera dejado cinco años más tarde un porcentaje de 69 % en acciones y un 31 % en Bonos. Si no se hubieran equilibrado las asignaciones entre bonos y acciones las pérdidas que se hubieran producido durante 2000/2001 hubieran sido del 10 % frente al 2.7 % al haber realizado el balanceo.
El rebalanceo no solo debe realizarse como consecuencia del mejor comportamiento que puedan tener ciertos activos en cartera, sino que también se debe realizar en función del tiempo. A nivel psicológico es complicado realizar el rebalanceo puesto que implica vender parte de aquellos fondos que mejor se están comportando y dirigirlos hacia aquellos que van por detrás o pierden dinero siempre es chocante.
El rebalanceo no implica una venta total sino una toma beneficios con la que restablecer el equilibrio y comprar más participaciones de los fondos que están más baratos y por lo tanto obteniendo un mejor precio medio de adquisición.
Lo normal es realizar el rebalanceo a principios de año, puesto que realizarlo de forma más frecuente no limita mucho la volatilidad. Otra opción es establecer límites porcentuales de desviación a partir de los cuales poner en marcha la operación, pongamos por ejemplo el 5%.
Mención aparte merece el efecto fiscal de las ventas puesto que lo aconsejable a efectos fiscales es no ejecutar las ventas sino efectuar traspasos entre los fondos que entran y salen.