Comparado con otros países de la OCDE, España lo está haciendo bastante bien en algunas de las 11 categorías que la OCDE considera esenciales para tener un buen nivel de vida (ingresos y riqueza; puestos de trabajo y ganancias; condiciones de la vivienda; estado de la salud; conciliación de la vida laboral y personal;  educación y habilidades; conexiones sociales; participación ciudadana y gobernabilidad; calidad ambiental; seguridad personal y bienestar subjetivo).

España ocupa puestos  por encima de la media para las categorías de conciliación de vida laboral y personal, estado de la salud, vivienda y conexiones sociales. Cerca de la media en seguridad personal e ingresos y riqueza, pero por debajo de la media en bienestar subjetivo, participación ciudadana, calidad ambiental, educación, habilidades, trabajos y ganancias.

Bienestar durante la crisis

En ese contexto se muestra que, como promedio, los hogares españoles se han visto gravemente afectados por la crisis. Este impacto es particularmente visible si uno observa los ingresos, trabajo, satisfacción con la vida y compromiso cívico.

Desde 2007 a 2011 España ha registrado una disminución acumulada en los ingresos disponibles en los hogares de alrededor de un 5%, una de las mayores caídas entre los países de la OCDE. La desigualdad en los ingresos del mercado (antes de impuestos y transferencias) se incrementó en un 6% entre 2007 y 2010, muy por encima de la media de la OCDE de 1.2%.

El mayor impacto de la crisis sobre el bienestar de las personas se ha hecho presente en una disminución de los puestos de trabajo y en el deterioro de las condiciones del mercado laboral. Entre 2007 y 2012 la tasa de empleo disminuyó en más de 10 puntos porcentuales, mientras que el  desempleo de larga duración se incrementó en 9 puntos porcentuales.

La mala situación del empleo ha tenido un impacto muy importante en la satisfacción de las personas. De 2007 a 2012, el porcentaje de españoles que declararon sentirse muy satisfechos con sus vidas, cayó de un 67% a un 51%, uno de los más bajos de la OCDE.

La confianza de los ciudadanos en las instituciones y en el funcionamiento de la democracia ha disminuido durante la crisis. El porcentaje de españoles que afirmaron confiar en el gobierno cayó de un 48% a un 34% entre 2007 y 2012

Durante el mismo período, han surgido nuevas formas de solidaridad y compromiso. En España el porcentaje de personas que afirmaron haber ayudado a alguien o haber colaborado como voluntario se incrementó 4 y 2 puntos porcentuales respectivamente entre 2007 y 2012, en el mismo nivel que  la media de los países de la OCDE.

Bienestar en el lugar de trabajo

La gente pasa la mayor parte de su tiempo en el trabajo y el trabajo ocupa una parte muy significativa de sus vidas. Por lo tanto, el tipo de trabajo que realizan es de vital importancia para su bienestar. La calidad del trabajo abarca muchos aspectos diferentes, desde el contenido del trabajo, el control sobre las decisiones, las interacciones con los colegas, el sentirse apoyado por los directivos, así como aspectos más tradicionales como los ingresos y la seguridad del trabajo. En 2010, 25% de los trabajadores españoles afirmaron encontrarse en un mal ambiente de trabajo, un porcentaje ligeramente por encima de la media de los países europeos. La baja calidad laboral perjudica la salud física y mental de los trabajadores.

Diferencias en el bienestar por el género

Las brechas de género en el bienestar, típicamente a favor de los hombres, han disminuido en la mayoría de los países de la OCDE en las últimas décadas, incluso en España. A pesar de esto, las mujeres españolas tienen menos probabilidad que los hombres de tener un trabajo remunerado o ser elegidas para el Parlamento, y más probabilidad de pasar muchas horas realizando tareas domésticas o sentirse inseguras cuando caminan solas por la noche.