Los mercados de renta variable rara vez no tienen fluctuaciones superiores al 20% en un año, y muchos años estas fluctuaciones son del 30% o 40% entre los máximos y mínimos. Este año, sin ir más lejos, la fluctuación está por encima y ya se ha movido un 20% de máximo a mínimo, y todavía no ha acabado el año...
Si observamos el gráfico inferior, podremos observar que la bolsa europea de media corrige un 15% en algún momento del año, la rentabilidad anual acaba siendo positiva en el 77% de los últimos 36 años.
En los últimos 36 años, solo 8 años han acabado con rentabilidades negativas en el MSCI Europe y, sin embargo, en todos los años ha habido momentos en los que las bolsas han estado en terreno negativo, en algún caso muy negativo, como en 1983, 1992, 1998, 2003, 2009 o 2012, y las bolsas acabaron subiendo al final de año. Especial mención tiene el año 1998, que después de caer un 31%, la bolsa se recuperó y acabó subiendo un 20%, o el caso de 2009, que después de sufrir un primer trimestre con fuertes pérdidas que llegaron a ser del 26%, el año acabó subiendo un 23%.
En mi opinión es un gráfico o estadística muy relevante, ya que lo que nos viene a mostrar es que en general, nos equivocamos muy poco si cuando hay correcciones superiores al 10% en el año, no compramos contundentemente bolsa, ya que hay muchas más posibilidades de ganar una rentabilidad muy atractiva, que la de sufrir pérdidas como en 1987, 1990, 1994, 2001, 2002, 2008 o 2011, y solo en los años 2002 y 2008 las pérdidas serían significativas.
Claramente, si el mercado corrige, cae, se desploma o como lo queramos llamar más, de un 10% o 15%, lejísimos de entrar en pánico o ponernos nerviosos, lo pongo en mayúsculas y con exclamaciones: ¡¡HAY QUE COMPRAR BOLSA!!
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