El precio del petróleo viene cayendo desde el pasado 20 de octubre, y es que hay varias causas para ello, unas técnicas y otra macro. Veamos todo esto para entender el actual escenario en el que se encuentra este mercado.
A) Motivos macroeconómicos
– Empeoran las perspectivas de que los grandes productores lleguen a un acuerdo en lo referente a rebajar la producción de crudo para finales de mes como se había previsto inicialmente.
– El dato de reservas de petróleo en Estados Unidos reflejó un fuerte incremento de los inventarios de petróleo. El Departamento de Energía anunció que los inventarios se incrementaron en 14,4 millones de barriles.
B) Motivos técnicos
– En el análisis del pasado 23 de septiembre, les comenté que en el futuro petróleo (NYMEX) la resistencia de interés, siendo puritanos, se encontraba en los 51,50 dólares.
Pues fíjense en el gráfico cómo fue llegar a dicha zona y hundirse. El primer toque fue el 10 de octubre, cayendo a 49,36 dólares. El segundo toque fue el 19 de octubre cayendo por el momento a 44,96 dólares.
Así pues, la fuerte resistencia que data del mes de junio actuó realmente muy bien, impidiendo seguir con las subidas. Dicha resistencia pasa a reajustarse ahora a los 51,67 dólares.
– Coincidiendo con la llegada del precio a dicha resistencia, se puede ver también en el gráfico cómo nos adentrábamos ya en terreno de sobrecompra. Tener sobrecompra en resistencia o sobreventa en soportes suelen ser unas sinergias interesantes de cara a esperar un rebote del precio en cualquier mercado.
– Se culminó un patrón de doble techo que encima coincidía en zona de resistencia y con sobrecompra. Una nueva sinergia. Dicho patrón confirmó señal de debilidad bajista al perder los 49,15 dólares.
– Y más recientemente, vemos que el precio ha empezado a perder el rango del canal alcista que empezó a gestarse el pasado mes de agosto.
Demasiadas cosas, tanto técnicas como macro, como para que el petróleo no cayese.
De todas formas, mientras se mantenga por encima de los 43,15 dólares no hay que preocuparse en exceso. Es más, el soporte de interés estaría en los 39,70 dólares, zona donde seguramente, si llegase el precio, muchos inversores empezarían a entrar comprando.
C) Un poquito de historia
La última crisis del crudo se remonta al año 2008 con el tema de Lehman Brothers cuando el barril de Brent (el de referencia en Europa) llegó a perder la cota de los 37 dólares.
En la década de los años 80, cuando el precio del petróleo llegó a desplomarse más de un 65%, tuvieron que pasar dos décadas antes de ver de nuevo los precios anteriores a la debacle. Una de las cuestiones clave es que la producción de crudo de esquisto sí podría ayudar a reducir el suministro y lograr que “cuadre” la oferta y la demanda antes de lo esperado.
La cuestión es que un precio demasiado bajo del crudo conlleva una serie de consecuencias negativas: la caída de las materias primas junto a las divisas emergentes implica riesgo de deflación.
Y precisamente es este punto el que preocupa. La deflación consiste en la bajada de los precios durante al menos dos trimestres. A diferencia de la desinflación que es la desaceleración de los precios que siguen creciendo pero a un menor ritmo, la deflación implica tasas de variación negativas del IPC.
Una de las consecuencias de la deflación consiste en el retraso de cualquier decisión de compra, lo que reduce aún más los precios y provoca fuerte caída del consumo. De esta manera, la demanda se contrae lastrando a las empresas que no pueden producir porque no se consumen sus productos, originando despidos de trabajadores (se incrementa el paro) y cierres de compañías.