Cuando parece que lo peor que puede suceder ya ha ocurrido, es cuando somos conscientes de que no, de que aún puede ser peor. El Brexit ha sido el primer paso en esta vorágine de querer abandonar la Unión Europea, pero no parece que el tema finalice con Reino Unido.
Y es que ante la coyuntura económica internacional, el resurgir del populismo en Europa no ha hecho otra cosa que crecer. En buena parte de los estados miembros de la UE este fenómeno es viral y cuenta con un potente apoyo social refrendado en las urnas (no hay más que ver los casos de Italia, Francia, España, etc).
La crisis económica internacional ha sido muy intensa, siendo muy bien aprovechada por determinadas formaciones políticas para seducir a los votantes con premisas antieuropeistas, siendo plenamente conscientes de que ahora o nunca, de que ahora es el momento para lanzar toda la artillería, porque seguramente no vuelvan a tener un caldo de cultivo tan preciado como hoy.
Reino Unido abrió la veda, el resultado del referéndum mostró una mayoría por abandonar la UE. El proceso será largo y complicado, pero ese es otro tema que ya se tratará en otra ocasión.
El efecto dominó no tardó demasiado en aparecer. Primero los ultranacionalistas daneses pidiendo su propio referéndum el pasado mes de junio, la ultraderecha holandesa siguió el mismo camino, el partido ultranacionalista y euroescéptico FPÖ de Austria igual y la presidenta del ultraderechista Frente Nacional francés (FN), Marine Le Pen, más de lo mismo.
En España, Podemos decidió variar el discurso, siendo conscientes de que probablemente el mensaje no tendría tanto calado como cabría esperar. El discurso pasó de querer abandonar el euro y la Unión Europea a reconocer abiertamente que no sería lo más idóneo para España, aunque la solución pasaría por un abandono conjunto de los países del sur para formar un bloque propio defendiendo sus intereses propios y comunes.
Sí, pronto se familiarizarán ustedes con otro vocablo: Italexit. Y es que el temor de los inversores es que Renzi pierda el referéndum de noviembre (aún no hay una fecha concreta), renunciando a su cargo, y ello abra la puerta del poder a los populistas del Movimiento 5 Estrellas que abogan claramente por seguir los pasos de Reino Unido con el Brexit. Tengan en cuenta que la oposición ha convertido este referéndum en un voto de no confianza al Gobierno, de ahí lo que se juega el país.
La idea es clara: si Renzi pierde el referéndum aparecería una importante incertidumbre política en Italia, probablemente se convocarían elecciones parlamentarias y el partido de Cinco Estrellas, que ya está al nivel del Partido Democrático, tendría una gran oportunidad para hacerse con el poder, lo que abriría las puertas al denominado Italexit.
Los temores se basan en una serie de factores: