Momento de ver el escenario en Europa y del Banco Central Europeo, si prorrogará el programa QE o no (tapering), qué acciones serían las más perjudicadas.
El BCE ha recomendado a Europa a tomar medidas expansivas frente al auge del proteccionismo tras la victoria de Trump en la carrera a la Casa Blanca. La propia entidad reconoce abiertamente que el Viejo Continente necesita más medidas expansivas que vayan acompañadas de determinadas reformas regulatorias de cara a ganar en competitividad y de esta manera poder impulsar el crecimiento económico dentro de un escenario atípico donde reina la incertidumbre.
A tenor de todo ello, son ya varios miembros del BCE los que han salido a la palestra estos últimos días lanzando un mensaje de tranquilidad: “el BCE se encuentra en estado de vigilancia tras la victoria de Trump y actuaremos sin dudarlo en caso de necesidad”.
Esto nos lleva a la pregunta que todos los inversores se están haciendo: ¿el BCE se decantará por prorrogar el programa QE o bien por el tapering (desmantelamiento progresivo de dicho programa?).
Pero vayamos por partes. La QE (quantitative easing) o flexibilización cuantitativa, es un programa o medida que consiste en generar dinero y ponerlo en circulación, es decir, imprimir más billetes. Con el QE, los bancos centrales crean dinero y lo usan para comprar determinados activos financieros como deuda pública a instituciones financieras, de esta manera, los bancos utilizan ese dinero que han recibido del Banco Central para aumentar los préstamos o para comprar nueva emisiones de deuda al gobierno. En resumen, el QE consiste en inyectar liquidez al sistema a través de los bancos. También se suele utilizar para luchar contra la deflación en economías con tipos de interés muy cercanos al 0%. Tengan en cuenta que es la última bala en la recámara cuando la política de tipos de interés se ha agotado.
Una de las ideas que tenía el Banco Central Europeo era que con el QE, al ser una medida que supone una inyección de liquidez en el mercado, debilitase al euro, haciendo más baratas y competitivas las exportaciones europeas.
¿Cómo reaccionan los mercados ante un QE? Pues la renta variable del país en cuestión sube al alza y la divisa de dicho país baja.
Antes que el BCE, fue la Fed quien llevó a cabo su propio programa QE en el 2008 (QE1, QE2 o QE3 según la ronda en que se encontrara). Esta expansión monetaria, en el caso de la Fed, estaba dirigida a lograr una tasa de paro más baja. En el caso del BCE, el objetivo es la inflación.
El QE ha supuesto para las Bolsas un bálsamo de aceite, toda una red de seguridad, alentando las compras en renta variable. Pero las cosas, tarde o temprano, tienen su final y es peligroso que el mercado se haya acostumbrado a recibir respiración asistida, puesto que cuando sea retirada, como no se proceda de manera pausada y muy controlada, los efectos colaterales no muy halagüeños.
La finalización del QE está prevista para marzo del 2017, aunque es opinión casi unánime que se terminará por ampliar el plazo. El propio Mario Draghi comentó en su momento que si el objetivo de inflación no se consigue (2%), los estímulos pueden prolongarse más allá de la fecha prevista para el fin del programa.
Todo esto nos lleva a hablar del tapering, que no es otra cosa sino la reducción en la compra de bonos de deuda en la economía, pero de una manera escalonada para evitar un efecto negativo.
Y claro, la pregunta es obligada. ¿Qué compañías cotizadas se verían, en principio, afectadas negativamente cuando se anuncie el tapering?
La lista podría ser la siguiente: Red Eléctrica, Enagás, Ferrovial, Abertis, Endesa, Iberdrola, Gas Natural, Cellnex.
¿Y hasta cuándo tendremos en la Europa unos tipos de interés bajos? En principio, mínimo hasta el año 2018.