El Gobierno de la primera ministra británica, Theresa May, iniciará hoyl lunes una pugna contra una resolución judicial que estipula que el ejecutivo requiere la aprobación del Parlamento para comenzar el proceso de salida de la Unión Europea, una decisión que podría afectar los planes del "Brexit". Si la Corte Suprema, el máximo órgano judicial de Reino Unido, desecha la apelación del Gobierno, eso podría retrasar el calendario de May para invocar el Artículo 50 del Tratado de Lisboa y salir de la Unión Europea.
Este será el caso más complejo y de alto perfil que ha visto la corte desde su constitución hace siete años y duraría cuatro días. El veredicto debería ser emitido en enero.
"El caso plantea temas difíciles y delicados sobre la relación constitucional entre el Gobierno y el Parlamento", comentó en un discurso el mes pasado la vicepresidenta de la Corte Suprema, Brenda Hale.
Si May gana el caso, podrá proceder con sus planes de invocar el Artículo 50 a finales de marzo de 2017. Pero si pierde, el Parlamento teóricamente podría bloquear el "Brexit" dado que la mayoría de los diputados respaldaron la permanencia en el bloque en el referendo de junio.
Los inversores creen que mientras más se involucre el Parlamento, existen menos probabilidades de un "Brexit duro" en que se los controles más estrictos sobre la inmigración tengan prioridad el acceso al mercado común europeo. La libra esterlina se apreció con fuerza tras la decisión de la Corte Suprema en noviembre.
El Partido Liberal Demócrata, proeuropeo, ha dicho que votará en contra del Artículo 50 a menos que se haga un nuevo referéndum sobre el acuerdo final de "Brexit", concesión que difícilmente hará May.
Otros partidos también tendrán la oportunidad de ofrecer alegaciones esta semana, incluyendo al Gobierno escocés, que se opone enérgicamente al "Brexit" y ha buscado formas de mantener a Escocia dentro de la Unión Europea.