Vamos a ver algunas directrices a la hora de invertir en ETFs, así como las principales diferencias con los sintéticos y los ETCs.
El coste de comprar y vender un ETF se ve afectado por el número de operaciones y la comisión cobrada en cada una. Estos costes se pueden mantener a raya no solo limitando la frecuencia de ejecución sino eligiendo un bróker con comisiones competitivas que no redunden en una disminución de la calidad del servicio.
En ocasiones, los inversores deciden invertir de forma sistemática una cantidad fija mensual o semanal a través de ETFs sin ser conscientes del coste que supone hacerlo en lugar de hacerlo a través de un fondo índice evitando las comisiones asociadas a cada compra.
Intentar siempre elegir aquellos ETFs con un volumen de negociación elevado. Aunque un elevado volumen de trading no es sinónimo de liquidez sí contribuye a reducir las horquillas de precios. Tendremos mayores posibilidades de ejecución en nuestras ordenes limitada. Para ETFs de costes similares es recomendable elegir aquellos con mayor volumen puesto que se traducirá en ahorro de costes.
La diferencia que se produce durante la sesión entre el precio del ETF y el Valor neto de sus activos subyacentes ( NAV ) es con frecuencia mayor en la apertura y el cierre . Por ejemplo, en apertura esas diferencias de precios pueden persistir hasta que todas las acciones abren y comience la sesión de negociación. Al cierre los creadores de mercado comienzan ajustar sus carteras y esto puede amplificar los spreads e incrementar la volatilidad del ETF. Restringir las órdenes de compra y venta al menos hasta pasada media hora desde la apertura y antes de media hora del cierre puede ayudar a reducir las discrepancias de precios.
Para controlar la cantidad a invertir en el ETF es conveniente siempre hacerlo a través de ordenes limitadas aun a costa de perder la oportunidad de que la orden no sea ejecutada. Esto tiene mayor sentido en ETTs de reducida liquidez. Al mismo tiempo el uso de ordenes Stop-Loss nos van a permitir un mayor control de nuestras perdidas, así como el manejo de Stops dinámicos que nos permitan sacar mayor partido a una tendencia.
Si tenemos en mente trabajar con un ETF que invierte en mercados extranjeros o emergentes, es importante que la orden de compra y venta se efectúe cuando los activos subyacentes estén cotizando. Esto nos va a ayudar a evitar las discrepancias de precios que se puedan dar entre el ETF y el valor de los subyacentes.
Vamos a comentar un riesgo que lleva aparejada la inversión en ETFs. Primero, recordemos que es un ETF: es un fondo de inversión que tiene la peculiaridad de que sus participaciones se pueden comprar y vender con la misma facilidad que se compra y se vende una acción, aportando máxima liquidez y transparencia.
Pero hay que tener cuidado porque no es lo mismo invertir en un ETF normal que en un ETF sintético, ya que éste último se forma a través de derivados. Es decir, el ETF recibe el dinero de los inversores y lo invierte en una cesta de activos que sirve como colateral para un contrato de derivados que cubre la inversión, alcista o bajista, del producto.
Además, existe la posibilidad de que haya un conflicto de interés, ya que el banco que vende el derivado que hace funcionar el ETF sintético es el mismo banco que gestiona el ETF, por lo que la elección de los activos en los que invierte es subjetiva.
¿Y qué son los ETCs (Exchanged Traded Commodities)? Son un producto de inversión, muy parecido a los ETFs, que cotizan en Bolsa y cuya finalidad es replicar el comportamiento de las materias primas, principalmente de las commodities, tales como el oro, la plata, el cobre, el aluminio, el trigo, el maíz, la soja, el petróleo, el gas natural, el estaño, etc. El oro es el subyacente con mayor demanda.
Se crearon en el año 2003, existiendo hasta el momento casi 700 ETCs, siendo el mayor emisor ETF SEcurities.
Entre sus principales características tenemos las siguientes:
– Cotizan en Bolsa.
– Pueden ser comprados y vendidos.
– Las comisiones son bajas.
– Máxima liquidez.
– Máxima transparencia.
– Son notas o certificados de deuda.
– No es necesaria una inversión directa en el subyacente.
– Replican el comportamiento del subyacente mediante un derivado.