El salario mínimo interprofesional (SMI) lo que pretende es fija una cuantía o cantidad retributiva mínima y bruta que por ley necesaria y obligatoriamente han de cobrar los trabajadores en 14 pagas anuales, siendo totalmente indiferente cualquier consideración relativa al sexo o a la edad del trabajador, tanto si son fijos o temporales.  

Muchas personas no lo saben, pero en el salario mínimo se computa únicamente la retribución en dinero, por lo que el salario en especie nunca puede permitir compensar y que la cuantía del salario pecuniario sea menor del SMI.

Cuando hablamos de este tipo de salario mínimo, hace referencia a la jornada legal de trabajo, es decir, un máximo de 40 horas semanales en cómputo anual, sin incluir en el caso del salario diario la parte proporcional de los domingos y festivos. en cambio, si el contrato es a tiempo parcial se percibirá la prorrata que corresponda a la jornada establecida.

La cantidad es establecida y fijada por el Gobierno cada año, mediante Real Decreto y previa consulta con las organizaciones sindicales y empresariales más representativas del país, atendiendo a variables tales como el índice de precios al consumo (IPC).

El SMI como tal se creó en el año 1963 y estuvo congelado los siguientes años hasta que desde 1967 se fue actualizando anualmente (excepto en el periodo 1976 -1979 que se incrementó en dos ocasiones en cada ejercicio debido al fuerte repunte de la inflación).

Finalmente, desde el año 1982 el Consejo de Ministros establece el salario mínimo interprofesional  para el año próximo, concretamente en su última reunión del ejercicio.

Para el 2017, Gobierno y PSOE llegaron a un acuerdo y pactaron una subida del 8%, concretamente hasta los 707,6 euros mensuales, lo que implica un paso histórico, ya que es la mayor subida en 30 años.

Posteriormente, para los años 2018, 2019 y 2020, el SMI se fijará teniendo en cuanta a la patronal y a los sindicatos, tendrá carácter vinculante y una fecha límite para su negociación, que será el 15 de noviembre.

A modo de referencia y de comparativa, este año en Europa podemos ver los dos extremos: Bulgaria con 215 euros mensuales y Luxemburgo con 1.923 euros mensuales. Una brecha enorme, hasta tal punto que nosotros, aún con la subida del 8%, estamos mucho más cerca del extremo bajo que del extremo alto.