Comienza la famosa “cuesta de enero” aunque para muchos, y viendo el devenir económico de estos últimos años, podríamos extenderla a febrero, marzo, abril, etc. Pero no estamos aquí, al menos un servidor, para quejarnos sino para intentar echar una mano en este mundo tan complicado y a la vez apasionante, de los mercados financieros.
Si con el nuevo año te has propuesto introducirte en el mundo de la bolsa y los mercados, estás en el lugar perfecto porque, antes de nada, vamos a compartir contigo algunos consejos y nuestra experiencia en el sector para que sepas a qué atenerte cuando te lances de lleno a la actividad bursátil. La experiencia es un grado y queremos allanarte un poco el camino, sobre todo si eres un inversor poco experimentado en este largo trayecto.
-Los errores son parte indispensable del aprendizaje
En multitud de manuales, webs, etc. podemos encontrar enumerados los “fallos” más comunes al operar en bolsa. He entrecomillado la palabra “fallos” porque no me gusta considerarlos como tal y mucho menos priorizarlos de más o menos importantes. No son fallos, son experiencias en un mundo donde todo, absolutamente todo, puede afectar a los precios, desde un cambio político, una sentencia del Tribunal de la UE, un profit warning de una compañía, un atentado, etc. Por tanto, existen infinitas variables (tanto endógenas como exógenas) sobre las que no tenemos ninguna capacidad de influencia. Pero todas esas experiencias (normalmente plasmadas en operaciones bursátiles) forman nuestro ADN inversor.
-La reacción es más importante que la acción
En el mundo de la inversión la realidad no importa, lo que realmente importa es la percepción de la misma. Es la gente, con sus sentimientos y emociones, quienes finalmente mueven los precios. Y créeme, la gente es mucho más imprevisible que cualquier otra cosa que exista.
Lo realmente importante no es conocer las noticias sino cómo reacciona la gente ante dichas noticias. Acabamos de cerrar un año con dos ejemplos muy claros al respecto: el Brexit, y las elecciones americanas. En primer lugar, el Brexit inicialmente tenía una probabilidad de éxito relativamente baja que es cierto que se fue tornando hacia la igualdad (partidarios del sí y del no) según pasaba el tiempo, aún así, la mayor parte de encuestas daban al “no” como ganador. Contra todo pronóstico, los británicos votaron sí provocando inicialmente caídas muy relevantes (presenciamos la mayor caída intradía de la bolsa española de su historia. Ahora bien, pocas semanas más tarde, los mercados ya habían recuperado los niveles previos al conocimiento de dicho desenlace. Por tanto, presenciamos cómo una noticia a priori “muy mala” para las bolsas se diluía pasadas semanas. Y es que la percepción real de la gente (tanto ingleses como el resto de europeos) fue que la salida del Reino Unido sería muy gradual y sin un impacto tan negativo como los medios nos habían hecho ver en un principio. Lo mismo pasó en el mes de noviembre con la elección del nuevo presidente de los EE.UU. Lo que en un primer lugar llenaba de incertidumbre los mercados dio paso a una tranquilidad pasmosa y dejó vía libre al tan ansiado “rally de navidad”.
-La información es poder, solo cuando es de calidad
Podemos enlazar las líneas anteriores con dos reflexiones: “Pensar mucho no es bueno, ya que la imaginación puede ser un problema” y “La información es necesaria, pero cuanta menos mejor, hay que ser muy selectivo”. Respecto a esto último, no podrás ni imaginar la cantidad de cosas absurdas (por no decir otra palabra mal sonante) que me han comentado multitud de inversores con los que me he topado en estos más de 13 años de experiencia y que habían leído en webs, blogs, etc. Hay que ser muy selectivo con la información financiera. Emplea el tiempo necesario en hacer una buena selección de la misma, créeme, te ahorrará mucho tiempo en el futuro.
Por último, permíteme otra reflexión: “la esperanza es peligrosa y es el gran enemigo de los que se crean el hábito de mantener posiciones perdedoras”, es como una droga (y discúlpame la expresión) que nos limita la capacidad de razonar con inteligencia y sentido común. Dicha esperanza promueve la ausencia de acción precisamente cuando la acción es necesaria. En el mundo de la inversión es fundamental aprender a asumir pérdidas, a todos nos duele, pero no nos podemos permitir una pérdida que “nos expulse del juego”.
Con estas directrices y con la formación financiera adecuada tendrás todas las herramientas para sacar el máximo provecho a los mercados.