A corto plazo todo depende de lo que diga o no diga, Donald Trump tras la investidura. A medio plazo el aspecto técnico y la pauta estacional siguen siendo alcistas pero este fin de semana puede definirse la tendencia.
Semana para olvidar, que debía combinar la volatilidad de la primera semana de resultados empresariales en USA, con el discurso de Theresa May sobre el Brexit del martes, la reunión del BCE del jueves y, sobre todo, la espera a la investidura de Donald Trump del viernes. El resultado ha sido una semana sosa y anodina en la que la volatilidad a los resultados y la respuesta al discurso de Theresa May y a la reunión del BCE apenas han tenido un impacto efímero, borradas por la tensa espera a la toma de posesión de Donald Trump. Se confía en que en este mismo fin de semana anuncie sus primeras medidas, esperando los mercados las relativas a rebajas fiscales, aumento del gasto público, medidas económicas, etc. Así que si no dice nada, o decepciona con lo que dice, podría producirse un recorte el mismo lunes. Ya se han descontado gran parte de las alzas esperadas, y ahora, debe empezar a confirmar expectativas. Si las confirma se prolongara la subida, si defrauda, se producirá un retroceso, que podría ser profundo.
El Ibex 35 sigue como estaba, desplazándose sobre los 9.250 puntos, con la amenaza de formar un pequeño H-C-H si los pierde, y con la esperanza que confirme el gran fondo que ha estado formando todo el año pasado, y suba, al menos, hasta la directriz bajista, nivel que prácticamente coincide con los sicológicos 10.000 puntos.