Este año tenemos elecciones en Francia y Alemania entre otros países europeos que, como siempre, generará noticias, nervios y volatilidad, especialmente en aquellos países donde dan lugar las elecciones.
España ya pasó por ese trance en 2016 y todo hace indicar que la bolsa española vivirá un año más tranquilo a nivel político, que posiblemente facilite que los inversores se fijen en la mejora sustancial de la macroeconomía de España y la mayor seguridad y mejores perspectivas de muchas de las empresas que cotizan en el mercado continuo español.
La clara mejoría de los fundamentales del sector bancario y energético (sectores con excesivo peso en el Ibex 35), ya se empiezan a cotizar, pero creemos que hay más margen de mejora. El primero por la reducción de las necesidades de provisiones, la mejora de los márgenes de intereses y la mejora de la curva de tipos de interés en el área euro; y el segundo por la subida del precio de las materias primas y recuperación de la demanda energética, hacen de la renta variable española un lugar algo más seguro en 2017.
Tampoco hay que dejar de lado la mejora de las regiones latinoamericanas impulsadas por el fortísimo rebote de los precios de las materias primas que alivian las cuentas públicas y las cuentas de muchas de las empresas líderes de la región. La apreciación de sus divisas hará el resto.
El Ibex 35 ha caído seis años de los últimos nueve, dejándose un -22% en los últimos dos años y un -41% desde los máximos de 2007. Hay mucho potencial y muchos niveles por recuperar, pero mientras se van normalizando la macro (consumo, empleo, construcción, producción industrial, etc.), y los resultados empresariales, hay más posibilidades de seguir avanzando en la recuperación de la bolsa española. Este año hay que confiar más en la bolsa española, en mi opinión.
Oiriginal Cinco Días