Apertura al alza sesión en la que perderemos la referencia del mercado americano por la festividad del día del presidente. Durante el fin de semana el primer ministro de Italia, Mateo Renzi ha presentado su dimisión como secretario general del partido demócrata abriendo un escenario de incertidumbre en el país. El adelanto electoral previsto para mayo se tendrá que posponer al menos hasta septiembre, ya que está previsto que se lleve a cabo un congreso del PD para elegir secretario en el mes de abril.
En Japón, hemos conocido el resultado de la balanza comercial de enero que arroja un déficit superior al esperado, -1.086 bln de yenes (vs -625.900 mln de yenes y 640.400 mln de yenes), como consecuencia de unas peores exportaciones, +1,3% (vs +5%e y +5,4% anterior) pese a las mayores importaciones, +8,5% (vs +4,8%e i.a y -2,6% previo). En Alemania, se ha hecho público el IPP anual de enero que repunta un +2,4% (vs+2%e y +1% previo).
Esta semana seguiremos inmersos en la temporada de resultados, con la publicación en España de Aena, Iberdrola, Atresmedia, DIA, Repsol, Telefónica, REE, Gamesa, Mediaset, Endesa, IAG, Amadeus y Liberbank. Y en el plano macro numerosas referencias importantes, destacando los PMIs preliminares de febrero en la Eurozona, Alemania y Francia, para los que se espera cierta estabilización tras los avances de los últimos meses. Asimismo, en Alemania tendremos la encuesta IFO de febrero. Por otro lado, contaremos con los datos finales de PIB 4T16 e IPC de enero en la Eurozona y Alemania. Y en Estados Unidos, tan sólo destacar el PMI preliminar de febrero, y el dato definitivo de la confianza de la Universidad de Michigan. En todos ellos deberíamos ver cierta consolidación en niveles del mes anterior.
Hoy prestaremos especial atención a la reunión del Eurogrupo, donde el principal foco de atención estará en Grecia y los avances en la segunda revisión del tercer programa de rescate al país. El riesgo está en que siga sin alcanzarse un acuerdo entre Grecia y sus acreedores, y que el FMI se niegue a participar en el programa de rescate ante lo que considera una deuda insostenible si no se aplican quitas importantes (a las que Alemania se opone). Sin la contribución del FMI, los acreedores europeos rechazan aportar más fondos, en un contexto pre-electoral en muchos de ellos. Por su parte, los acreedores siguen demandando a Grecia mayor austeridad, cuantificada en 1.800 mln eur hasta 2018 y otros 1.800 mln eur más adelante (más impuestos y menos prestaciones sociales para alcanzar los objetivos fiscales pactados). Hasta que no alcancen un acuerdo, la deuda helena no pasará a formar parte del plan de compra de deuda del BCE.