El camino esperado por los mercados de capitales para 2017 se sigue cumpliendo. Una vez conocidos la mayoría de los resultados de 2016 de las empresas europeas, y con los últimos datos de crecimiento, PMI, producción industrial, creación de empleo e inflación, éstos siguen arrojando optimismo con el devenir de los mercados para los próximos meses.
Es una realidad que los beneficios en Europa, están mejorando, y las guías de 2017 que muchas de las empresas han presentado en las últimas semanas, muestran una mejora sustancial en las perspectivas de negocio y de mejora de resultados empresariales, que son en última instancia la variable principal que nos debe preocupar.
Hay un dato muy revelador en cuanto al crecimiento de los países desarrollados: el G4 (EEUU, Reino Unido, Japón y Alemania) están virtualmente en pleno empleo, lo que tiene importantes implicaciones positivas en cuanto al crecimiento y la inflación.
La base de nuestro optimismo hace unos meses con el comportamiento de la renta variable europea en 2017 es el importante crecimiento esperado de los beneficios para 2017 y las valoraciones todavía muy razonables en Europa con beneficios en mucho sectores todavía muy deprimidos (materias primas, energéticas, financieras e industriales especialmente). El escenario de crecimiento de los beneficios sigue vigente y después del conocimiento de los resultados y guías de los beneficios de las empresas que ya han publicado sus resultados, se certifica e incluso se revisa al alza la mejoría.
En términos de valoración: el PER, Precio/Valor Contable y Dividendos de la bolsa europea están en línea con su media histórica a unos 14x beneficios, 3,5% rentabilidad por dividendo y 1,5x P/VC, pero no hay que olvidar que los beneficios esperados para 2017 están todavía un 33% por debajo de los beneficios generados por el Euro Stoxx 50 en 2007, y 13% por debajo en el caso del Stoxx 600, éste último índice, con menor peso del sector financiero y energético, los cuales son los principales causantes del enorme deterioro de los beneficios generados por las empresas europeas desde 2007.
En 2017 tenemos unas bases de comparación fáciles de batir y mejorar, por lo que es difícil que no se cumplan las expectativas que hemos comentado en los párrafos anteriores. Además, la expectativa de mayores estímulos fiscales, especialmente en EEUU, es probable que provoquen un escenario de euforia antes que una recesión cíclica que, por otro lado, también vendrá en algún momento de los próximos años.
Los mercados alcistas suelen acabar en episodios de euforia al que, en mi opinión, todavía no hemos llegado (especialmente en Europa) entre otras cosas por la dureza de la recesión de 2008-2009 en EEUU y de 2008-2012 en Europa, y por la incertidumbre política tanto en Europa como en EEUU que provocan mayor cautela de los agentes de inversión en sus decisiones de inversión. Los bajos niveles de inversión en renta variable de los agentes financieros, los bajos niveles de capex o inversión de las empresas, el bajo nivel de apalancamiento de los sectores privados y la menor concesión de créditos por parte de los bancos, son algunos síntomas de la excesiva prudencia de este ciclo de expansión.
En mi opinión, aunque los mercados no se mueven en línea recta y habrá momentos de volatilidad y correcciones en los próximos meses, el fondo sigue siendo positivo para que las bolsas europeas mantengan un buen ritmo de recuperación este año.
Original Cinco Días