En muchas ocasiones me preguntan si es posible imitar la operativa de los grandes inversores para intentar replicar sus éxitos de rentabilidad. Mi respuesta tiene dos vertientes:

Por un lado hay que afirmar claramente que los particulares NO pueden invertir como las grandes fortunas. Ellos disponen de recursos técnicos, humanos y financieros imposibles de imitar. También acceden a información relevante de las propias compañías que no se hacen públicas para el resto del mercado. En resumen, sus medios están claramente por encima de los que cualquier particular dispone, y por tanto, la esperanza de beneficio también.

Ahora bien, y ahí va la segunda parte de la respuesta, a pesar de todos esos recursos, los grandes inversores también tienen años horribles de rentabilidad y cometen gravísimos errores de inversión. Les voy a poner un ejemplo: La operación de Bill Ackman en Valeant.

Bill Ackman es el fundador y director ejecutivo del fondo de cobertura Pershing Square Capital Management, y uno de los personajes más influyentes de Wall Street.

Bien pues Ackman tomó una participación de unos 3.300 millones de dólares en 2015 en la farmacéutica Valeant. Esto representaba sobre un 5% del capital de la compañía. El precio promedio de adquisición fue de unos 200 dólares por acción. La compañía llegó a subir por encima de los 250 dólares, donde desarrolló un techo de mercado que provocó caídas en vertical de la compañía.

Cuando el valor cotizaba sobre los 100 dólares Ackman compró más acciones. Ayer se reportó que Bill Ackman vendió toda su participación en la compañía sobre los 11 dólares por acción. Es decir, pérdidas superiores al 90% de toda su inversión como vemos en el siguiente gráfico elaborado por Adam Button.

La conclusión que tenemos que sacar de este hecho es que no es necesario ser Warren Buffet, George Soros o Bill Ackman para tener buenas o malas inversiones. Todo el mundo tiene que elaborar su propio método, en base a las herramientas y los conocimientos de los que dispone. Testarlo en el mercado y si es exitoso atenerse a él.

Olvídese de ser Warren Buffet, céntrese en ser usted mismo.