El otro día me comentaba un amigo que en marzo había más que rebasado su objetivo de rentabilidad para el año con las subidas de los mercados (tanto de renta variable como renta fija) desde principios de año y su posicionamiento en fondos de inversión de Renta 4 Gestora. Me preguntaba si yo creía que había que vender toda la cartera de fondos de inversión. Mi respuesta fue que no debería vender nada si el ahorro que estaba generando tenía un objetivo de rentabilidad a largo plazo. Pero que sí debería vender, si necesitaba el dinero.
En realidad mi respuesta la haría en casi cualquier nivel de los mercados o de espacio temporal. Los mercados tienen semanas de mucha rentabilidad y otras semanas de correcciones. Años en los que las bolsas suben más de un 20% o 30% y años en los que los mercados colapsan y corrigen un 40%. Son años y años de historia y nadie, ni ningún dato me ha convencido de tener un sistema infalible que anticipe una caída o una subida de las bolsas.
La rentabilidad del entorno del +10% anualizado de la renta variable en el largo plazo se consigue con años en los que la bolsa sube muchísimo sin muchas veces saber el porqué, y años en los que las bolsas se vuelven irracionales y se venden acciones de empresas muy por debajo de sus valoraciones en libros o muy por debajo del dinero que tienen en tesorería. Al final de los periodos de irracionalidad tanto de exuberancia como de pesimismo y capitulación, lo que se queda es la rentabilidad y beneficios de las empresas de las que se es accionista. Y ésta, sumando empresas muy buenas y rentables con empresas malas y destructoras de valor, de media arrojan rentabilidades de doble dígito anualizado.
Lo que nos dice la historia es que si perdernos, por no estar invertidos, el mejor año de rentabilidad de una década puede lastrar la rentabilidad de largo plazo de una manera determinante, por lo que lo mejor es permanecer invertidos de acuerdo a nuestro perfil, en los fondos de renta variable o renta fija que mayor confianza nos generen y olvidarnos del market timing porque intentar adivinar lo que va a hacer la bolsa un día, un mes o un año, es ciertamente difícil.
Sin embargo, estimar que a largo plazo con la inversión en renta variable se van a lograr retornos de doble dígito o cercanos al doble dígito anualizado y con la renta fija se consigue batir la inflación a largo plazo, es muy fácil y casi infalible.