Un día triste para Europa, limitar daños, aproximación constructiva, sincera cooperación, un día de celebración para algunos y decepción para otros, prioridad de minimizar la incertidumbre...

Ayer escuchamos todas estas frases (y otras muchas) tras la decisión del Reino Unido de aplicar el artículo 50 del Tratado de la Unión Europea. Se inicia por tanto el periodo de negociación de la salida del Reino Unido de la Unión Europea (EU), en principio limitado a 2 años. Aunque ya desde Europa se consideró que podría extenderse un año más si fuera necesario.

¿Qué nos quedaría por decir a nosotros?

1. Lamentamos la decisión del Reino Unido de salirse de la Unión Europea, pero naturalmente la respetamos como la opción elegida por el pueblo soberano británico

2. Es importante reducir al máximo la incertidumbre que puede surgir durante el periodo de negociación de la salida, plazo que esperamos sea razonable

3. El acuerdo de salida debe tomarse con altura política, respeto mutuo y con visión de futuro

4. Es del interés de ambas partes perseguir unas futuras relaciones que sean mutuamente beneficiosas

5. Esto pasa por mantener la certeza legal (y especialmente claridad y certeza sobre los aspectos que se refieren al negocio bancario evitando disrupciones o efectos indeseados) y a nivel social, al mismo tiempo que se preserven las elevadas relaciones comerciales y de inversión.

¿Puede finalizar todo en marzo de 2019? Dada la complejidad esperada de todo el Proceso (son más de 40 años de integración europea del Reino Unido lo que ahora se va a negociar) no se puede descartar, como antes dije, que requiera más tiempo. La parte positiva es precisamente que las dos partes, con la EU como una sola voz, conocen de esta complejidad y están dispuestas a amortiguar sus potenciales efectos negativos.