Bajo crecimiento, baja inflación, política monetaria ultraexpansiva. ¿Qué consecuencias tendría tal escenario para el sector financiero?
Aquí tienen la respuesta que ofrece el FMI, a través de su Informe de Estabilidad Financiera:
El presente capítulo analiza esta pregunta, más allá de las consideraciones acerca de la política monetaria y de efectos transitorios. En él se argumenta que la persistencia de un entorno de bajas tasas de interés supondría un reto considerable para las instituciones financieras. A largo plazo, este escenario provocaría cambios significativos en los modelos de negocio de bancos, aseguradoras y fondos de pensiones, así como en los productos ofrecidos por el sector financiero.
A este escenario financiero se enfrentan las entidades financieras a nivel mundial.
Y su impacto en resultados, especialmente el margen financiero, es claro.
Pero, siendo un fenómeno global, la respuesta de las entidades varía en función del tamaño y hasta de la nacionalidad.
Ahora bien, ¿puede cambiar este escenario? Al final, mejorar.
Ayer la Presidenta de la Fed insistió que el bajo desempleo actual no puede mantenerse sin provocar inflación. Y con esto adelantó que el sesgo de la política monetaria en Estados Unidos es alcista.
Tipos de interés actuales de 0.75/1 % en un escenario económico “saludable” y con la tasa de desempleo actual del 4,5 % cercana al pleno empleo.
No, ayer no dijo nada sobre la política fiscal desde la nueva presidencia norteamericana.
Pero tampoco dijo nada sobre los riesgos en términos de estabilidad financiera que se pueden generar si se mantiene una política demasiado laxa durante demasiado tiempo.
No comentarlos no significa ignorarlos.