Según los últimos datos de Eurostat referidos al Q4, la tasa de ahorro de las familias de la zona Euro bajó hasta un 12 % de su renta disponible desde el 12,3 % anterior. En términos de cifra ajustada por estacionalidad, es la cifra más baja desde 2012. Realmente una tasa baja desde una perspectiva histórica. Y también descenso en la tasa de inversión, aunque también marginal. A finales del año pasado bajaba en cifra ajustada hasta un 8,5 % desde el 8,5 % anterior. Pero en el caso de la tasa de inversión hemos visto niveles más bajos en los últimos años.
¿Antes de la Crisis? Niveles del 13 % en la tasa de ahorro y del 11,5 % en la tasa de inversión.
Ante estos datos, ¿cómo se explica entonces la demanda recurrente de las autoridades monetarias por un menor ahorro? Pero sí parece claro que hace falta más inversión. Aunque en el caso de la inversión en vivienda, las condiciones financieras y la mejora económica tras el ajuste de precios de la vivienda están reanimando al sector residencial.
Al menos, los últimos datos de inversión empresarial del área sí están repuntando. De acuerdo también con Eurostat, la tasa de inversión ha repuntado en el Q4 hasta un 23,5 % del crecimiento desde el 22 % anterior. Y estamos hablando de que se han alcanzado los niveles previos a la Crisis.
¿Exceso de ahorro? ¿falta de inversión? Lo cierto es que, en el fondo, la principal inquietud a nivel mundial sigue siendo el exceso de deuda. Especialmente deuda pública. Y esto lleva a buscar medidas que favorezcan su ajuste y/o aumenten el crecimiento económico. Pero aquí hablamos de medidas y reformas que favorezcan un aumento del crecimiento potencial. Más allá de unas condiciones financieras que son, en mi opinión, inmejorables. Tanto que es complicado que se puedan mantener de forma indefinida. De hecho, hace unos días fue de nuevo el BIS el que demandó que los bancos centrales nacionales se preparen para la normalización una vez que los riesgos de deflación han desaparecido y que observamos una mejora en las perspectivas económicas. De hecho, unas condiciones financieras oficiales tan favorables no sólo pueden generar mayor incertidumbre a futuro como también pueden llevar a retrasar los ajustes pendientes. Esta es mi opinión.
Centrándonos ahora en España, de acuerdo con los datos publicados hoy por el Banco de España sobre las cuentas financieras de la Economía Española, durante 2016 tuvimos un exceso de financiación equivalente al 2 % del PIB. Superávit financiero de las empresas (2,1 % del PIB), hogares (2,6 %) y entidades financieras (1,9 %) que sirvieron para amortiguar la necesidad de endeudamiento de las AAPP (4,5 %).
Al final, las empresas y familias redujeron su deuda hasta el 166,1 % del PIB (-8 puntos).
En el caso de las familias, los activos financieros superaron el año pasado los 2,0 bn. Euros con un aumento del 1,4 % anual. Equivalente al 187,6 % del PIB. Por tipo de activos quedaría….
La riqueza financiera neta fue de 1,3 bn. un 3 % por encima de un año atrás. Equivalente a 118,5 % del PIB.
Seguimos pensando que este año podríamos ya observar un crecimiento del saldo de los préstamos bancarios a empresas y familias, considerando que el ajuste de la deuda puede haber finalizado. El fuerte aumento que ya observamos en el nuevo crédito, especialmente a familias y pymes, haría el resto.