El titular de este artículo es llamativo y muy preocupante. Esta afirmación la realiza el analista Guillermo Barba, buen conocedor de la realidad estadounidense. Las recientes decisiones de Trump en el plano geopolítico han incrementado enormemente la preocupación en todo el mundo sobre un nuevo conflicto armado. Unas preocupaciones que se incrementan más aún por la imprevisibilidad de este nuevo presidente americano. Las bolsas, por ahora, parecen mantenerse a la espera de nuevos acontecimientos, pero “con el dedo de los inversores en el botón de venta” como recientemente me comentaba un operador financiero. Barba cree que es posible un nuevo conflicto armado por estos argumentos:
Un clásico dijo alguna vez que hay que prepararse en tiempos de paz, para la guerra. Esto que parece obvio no lo es tanto, al menos, para la mayoría de dirigentes políticos y ciudadanos del mundo. Es una pena. La prevención empodera a quien la practica, lo mismo que el descuido, el exceso de confianza o de plano la ignorancia, debilitan a cualquiera.
En los tiempos turbulentos que nos está tocando vivir en lo económico, político, financiero, etc., la preparación ante escenarios adversos sigue siendo fundamental.
Esto se lo digo porque a la vista de todos –y quizá por eso pasa tan desapercibido -, hay ejércitos enteros que se están preparando para un potencial conflicto armado de proporciones globales. Así, súper potencias militares como Rusia y China por un lado; Estados Unidos (EU) y sus aliados de la OTAN por otro, etc., están poniendo en máxima alertas sus armas de ataque y defensa.
El sorpresivo bombardeo de Siria con decenas de misiles ‘tomahawk’, y la utilización de ‘la madre de todas las bombas’ la semana pasada contra túneles usados por el Estado Islámico (ISIS) en Afganistán, fueron sólo mensajes a los cuatro vientos de que el presidente Donald Trump, ha doblado las manos ante el Establishment, el verdadero poder en las sombras, y que ahora lo empuja por sus intereses económicos y geopolíticos de grupo, hacia una nueva gran guerra.
En China y Rusia lo saben a la perfección.
No por nada ambos países observan con detenimiento los movimientos de Trump en Medio Oriente y hacia Corea del Norte, donde el presidente Kim Jong-un sigue jugando con fuego y amenazando con irse a la guerra abierta con EU –incluso con armas nucleares-, ante cualquier ataque americano que él mismo está provocando.
En consecuencia, reportes recientes dan cuenta del envío de numerosas tropas y armamento chino y ruso a sus respectivas fronteras con Corea del Norte, así como de barcos de inteligencia militar de aquellos países para dar seguimiento al USS Carl Vinson, portaviones nuclear estadounidense enviado a la península coreana.
Es en este contexto geopolítico adverso que los mercados financieros no dejan de dar signos de nerviosismo y de vuelo hacia la seguridad.
El mensaje que esto nos deja y que le subrayo en este artículo, es que los inversores más astutos sí ven con claridad que los riesgos de una nueva guerra van al alza, y que más allá de si las hostilidades empiezan o no, uno debe estar preparado para contener posibles daños financieros colaterales. Ir siempre un paso adelante, es crucial.
Como suele pasar, una absoluta mayoría sufrirá mientras unos cuantos logran salir bien librados o hasta beneficiados, de la volatilidad y de las pérdidas de otros.