Para empezar, rompa las reglas de su estrategia, observe la tendencia con el deseo de hacer dinero, olvide que la rentabilidad en el trading es la recompensa al buen trabajo, enriquecido por una estética táctica, técnica, meses o quizás años de práctica, y un respeto profundo por el proceso. Robustezca su ego, piense que lo sabe todo, que no necesita de un laboratorio de trading, ni de estudios, ni de lecturas, ufánese de sus éxitos así sean pocos, así sean efímeros, no se haga responsable de sus errores, culpe al exterior, empiece responsabilizando al mercado, al bróker, a la estrategia, a la luna, a los astros, al cambio de clima, culpe al sujeto que le cae mal, o al gobierno, átese a la idea que están conspirando contra usted; pero jamás se responsabilice de sus actos.
Desfigure su estrategia convierta esta práctica en un hábito, haga lo mismo con toda ley que abogue por el orden, de ese modo empieza a convertir el deseo en ‘realidad’, para finalmente auto engañarse. No siga lo que está estipulado en su plan, es más: No planifique, mejor improvise; sea fiel a la tendencia que el deseo y la necesidad ilustran en su mente, de esta manera muy pero muy pronto quitará el límite de pérdida a su posición; cada mañana despertará y lo primero que vendrá a su mente será la situación de la orden, que el día de ayer estaba en rojo. Se sentirá defraudado al encender su móvil o su computadora, al distinguir la textura de la cruda realidad: Sus órdenes van de mal en peor. Recite la siguiente frase, ya sea en voz alta o mentalmente: -La tendencia cambiará veo un agotamiento, esto va a mejorar-.
Contemple la idea de que las ganancias son un objetivo, que basta con seguir las señales de una estrategia. De haber seguido las instrucciones de manera correcta, empezará a sentir un vacío en el estómago, aumentarán sus nervios, se sentirá defraudado, descubrirá que está siendo perseguido por sus malas decisiones, pero recuerde que por nada del mundo puede aceptar esa realidad; observe la agonía de sus órdenes con la esperanza que van a cambiar el semblante, de tener aún margen en su cuenta intente encontrar alguna tendencia ‘agotada’, para realizar este diagnóstico vuelva a recurrir a su deseo, a su necesidad de ganar, a su ego, a su improvisación, y a la falta de coraje para ver la realidad del precio, no sé puede dar ese lujo, usted debe rendir beneplácito a las ordenes negativas. Vamos bien, usted se ha apegado a sus posiciones de futuro sombrío, y cada día el saldo negativo crece como espuma.
Aliente su indisciplina táctica, ignore que existe un engranaje táctico en toda estrategia, no se esfuerce por descubrir las fortalezas y debilidades de su plan de trading, es más: No haga el esfuerzo por tener uno; Persígnese con la idea que la realidad del precio es la que sus labios recitan, y su capricho persigue.
Fin del manual
Si usted siguió todo el proceso ha cumplido el objetivo: Ha fracasado. De haber tenido éxito es porque hizo lo contrario, además siguió las recomendaciones de su disciplina, y la voz de la experiencia.
Deseo versus realidad.
Siempre decidimos entre el autoengaño o el plan de trading, pero en realidad esa decisión es difícil de tomar de existir malos fundamentos tácticos y técnicos, que en síntesis produce una mala articulación del plan de trading. Si las buenas decisiones dependieran ciento por ciento del deseo jamás perderíamos, al menos que sea el anhelo; la improvisación es un factor que brota inicialmente al desconectarse con la estrategia, y es la encargada de empoderar a los problemas. Observe las palabras de quien lo rodea, todos los humanos sin excepción nos auto engañamos en menor o mayor medida, lo podemos percibir al analizar nuestras o las palabras del prójimo: -Mi equipo va a ganar- (el partido no ha empezado), -voy a llegar a tiempo- (aún no ha llegado), -saldrá el número 21 en la ruleta- (es un deseo), -mañana lo haré- (aún no es mañana), y puedo seguir con más y más frases. Si bien el confundir el deseo con la realidad es un mal que nos aqueja a todos, como traders debemos de identificar este perjudicial hábito y eliminarlo, para lograrlo empiece por analizar sus palabras y las de su entorno, y clasifique las expresiones como: Emocionales o realistas. Un pensamiento realista es aquel que no es subjetivo, y que al mismo tiempo parte de un hecho; en cambio una frase emocional vive de los supuestos, de lo que va a pasar, de la necesidad de que esto o aquello ocurra, del miedo.
El no reconocimiento de la pérdida también nos conduce a negar la realidad, porque se han tomado tantas decisiones malas que duele aceptarlo, siendo esta la solución más rápida y dañina de escapar de los problemas. Siempre debemos estar preparados para enfrentar todo escenario posible, el trading no perdona a quien opera sin estilo, lo toma como una traición, persigue al infractor hasta hacerlo pagar, y cobra caro.