En efecto, los mercados, el BCE y los inversores lo tienen muy claro. Veamos qué es lo que tienen tan claro, por qué y cómo se llevaría a cabo la hoja de ruta marcada.
El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, dejó tres mensajes claros la pasada semana:
¿Pero realmente están siendo efectivas las medidas implementadas por el BCE estos años? Aprovechando que el pasado mes de marzo se cumplieron dos años del comienzo del programa QE, la medida “estrella” de Draghi, hagamos un balance al respecto.
1. ¿Qué es un QE? Un QE (quantitative easing) o flexibilización cuantitativa, es un programa que consiste en generar dinero y ponerlo en circulación. Una de sus funciones tradicionales es crear liquidez para facilitar el crédito a familias y empresas, ya que los bancos centrales crean dinero y lo usan para comprar determinados activos financieros como deuda pública, de esta manera, los bancos utilizan ese dinero que han recibido del Banco Central para aumentar los préstamos o para comprar nueva emisiones de deuda al gobierno. Esa es la teoría, la práctica es otra cosa como ya saben. Así pues, un QE consiste en inyectar liquidez al sistema a través de los bancos.
El QE se suele utilizar también para luchar contra la deflación en economías con tipos de interés muy cercanos al 0%. Tengan en cuenta que es la última bala en la recámara cuando la política de tipos de interés se ha agotado.
2. Balance del QE. Realmente la fecha clave fue el 9 de marzo del 2014 cuando el BCE decidió comprar deuda soberana del euro y en un momento posterior también deuda corporativa. Y es que las medidas adoptadas hasta el momento no estaban logrando su objetivo, concretamente reducir los tipos de interés a cero, colocar las tasas de depósitos a los bancos en terreno negativo, aplicar liquidez y barra libre a las entidades bancarias.
Hay que reconocer que la primera consecuencia que se observó fue el abaratamiento del coste de financiación para los países, las compañías y los particulares (fíjense que el rendimiento del bono español a 10 años bajó del 2,6% al 1,7%).
La segunda consecuencia se supone que ha sido la reactivación del crédito mediante líneas de liquidez a los bancos condicionadas a la concesión de préstamos (TLTRO). Por desgracia, eso de que se ha abierto bastante el grifo de la liquidez para pymes y particulares es bastante relativo.
Es indudable que las medidas del BCE eran necesarias y han cumplido (o están cumpliendo) buena parte de sus objetivos, pero no todos. De hecho, el BCE siguió los pasos de la Reserva Federal de los Estados Unidos, del Banco de Inglaterra y del Banco de Japón en lo referente a implementar un programa QE, aunque no ha logrado los mismos resultados.
No nos engañemos, la principal causa por la que las Bolsas del viejo continente llevan años subiendo obedece precisamente a las medidas de Draghi, que actúan como una especie de red de seguridad, mitigando en buena parte el vértigo de los inversores, animándose a seguir comprando pese a las diversas turbulencias que han ido apareciendo en el camino y que no son precisamente baladía (Brexit, Trump, populismos, terrorismo).