Semana en la que, a la espera del dato de empleo americano, continúan los datos positivos en esta economía de Estados Unidos, y con ellos los argumentos a favor de un tapering más próximo. El ISM manufacturero fue “perfecto”: al alza y mejor de lo esperado (57,3 vs. 55,1 est. y 56,4 ant.) y con una “impecable” desagregación por componentes. El ISM no manufacturero, sin embargo, fue a la baja: 53,9 vs. 55,0 est. y 55,4 ant. Por otro lado, la encuesta ADP para el empleo apunta a 215k empleos nuevos (vs. 170k est. y +184k ant. revisado al alza en +54k) y peticiones semanales de desempleo por debajo de las 300k. Se trata de datos buenos, que deberían tener eco en los non-farm payrolls. Por último, la nueva revisión del PIB del tercer trimestre refleja: +3,6% QoQ anualizado vs. 2,8% ant., con revisión desde el consumo privado y muy particularmente desde la inversión e inventarios.
En Europa, la reunión del BCE no trajo consigo nuevas medidas ni grandes mensajes, centrando su atención en las nuevas previsiones. Algunos de los datos que se pueden extrapolar son:
Por otro lado, se conoció el mal dato del PIB brasileño: -0,5% QoQ vs. -0,3% est. Las razones fueron la caída de la inversión, que acusa el final de las medidas de estímulo; la caída de la divisa o los tipos de interés elevados, entre otros. Ni siquiera el mejor comportamiento del consumo ha logrado evitar esta caída. No obstante, para el cuarto trimestre se esperan mejores datos. Portugal, por su parte, tuvo éxito en el intercambio de deuda: compra 6.600 millones de euros en plazos 2014-2015 y los cambia por 2017-2018. Las ventajas que obtiene es que mejora el perfil de deuda y reduce las necesidades de liquidez para 2014 a niveles asumibles (8.200 millones de euros aproximadamente, un 10% más que en 2013).
Renta variable
Uno de los sectores que hemos destacado de cara a 2014 es el de automóviles, el ejemplo más claro de que el mundo growth sigue teniendo cabida, aunque no valga todo. La razón por la que vemos valor aquí tiene que ver con su rentabilidad creciente, valoración adecuada (no en máximos) y crecimiento suficiente. Hemos querido ver el sector por dentro, tanto las propias compañías de ventas de coches, como las de componentes, y hemos partido de cinco criterios homologables. Posteriormente, hemos ido compañía a compañía observando la evolución de ventas, márgenes de deuda y valoración histórica.
Del scoring global vemos más ideas en el segmento de componentes que en el propio de autos, y deducimos: