A corto plazo, al efecto Macron, tras las elecciones francesas, no se ha sumado el efecto Trump, al decepcionar su reforma tributaria. A medio plazo los principales índices mundiales han llegado a resistencias muy importantes: es un momento clave.

Elecciones francesas, reforma fiscal de Donald Trump y reunión del BCE, eran los tres hitos de la semana. El triunfo del liberal Emmanuel Macron en la primera vuelta de las elecciones en Francia, descontando ya su victoria en la segunda ronda del 7 de mayo, ha impulsado las Bolsas al alza. Pero la esperada reforma fiscal de Donald Trump, ha decepcionado, pues no hay novedades, por lo que ya está descontada, y además se duda que sus propuestas lleguen a ser aprobadas por el Congreso y se temen las consecuencias que podría tener sobre el déficit. Así que, tras el impulso de Macron y el frenazo de Trump, solo quedaba la reunión del BCE, que tampoco ha gustado, pues deja todo para junio. El BCE ha dejado los tipos de interés en el 0% y mostrado que su programa de compra de activos está aquí para quedarse, lo que ha sentado bien a las utilities y mal a los bancos. Por su parte, la temporada de resultados va bien, e incrementa el optimismo de los mercados. Así todo, poco importan los fundamentales, o los datos macroeconómicos, o la situación geopolítica mientras los bancos centrales sigan comprando.

El Ibex 35 se ha acercado a su directriz bajista primaria, iniciada en los lejanos máximos de 2007. Por abajo, mantiene, como primer soporte, el gap de la apertura del lunes, que debería bajar a tapar, pero el poco papel que sale a la venta, es absorbido rápidamente por el abundante dinero de los compradores.