La vuelta a la "nueva normalidad" que sugeríamos la semana pasada, es decir, la visión de una economía que crece pero a un ritmo moderado, y que sigue teniendo mucho apoyo monetario de los Bancos Centrales, que se ocupan de mantener los tipos de interés bajos, no acaba de sentar bien del todo a las acciones bancarias americanas, a uno de cuyos máximos exponentes, Goldman Sachs, dedicábamos nuestro último Gráfico. Tanto Goldman como, sobre todo, JP Morgan, Bank of America o Citi, han tenido una semana discreta en su evolución bursátil.
Sin embargo, las acciones tecnológicas han tenido una gran semana y han propiciado que, en un periodo de récords bursátiles casi continuos, sobre todo en las Bolsas americanas, la semana pasada el Nasdaq Composite haya vuelto a marcar un nuevo hito al sobrepasar por primera vez en su historia los 6.000 puntos.
Los buenos resultados trimestrales de varias de las grandes tecnológicas han ayudado, ya que, a la espera de que esta próxima semana presenten sus cifras Apple y Facebook, la semana pasada hemos visto como Amazon, Alphabet (Google) y Microsoft aumentaban fuertemente sus beneficios trimestrales, superando las expectativas y mejorando especialmente la parte de sus ingresos que procede de los segmentos más representativos de la nueva oleada de transformación digital, como los relacionados con la "nube" (cloud).
El dinamismo y la capacidad de innovación de estas empresas queda así patente, y esa es la fuerza que explica la espectacular subida que muestra el gráfico del índice amplio del Nasdaq, el Nasdaq Composite, en los últimos diez años.
No es la primera vez que el Nasdaq Composite tiene movimientos espectaculares. La pasada década, el Composite experimentó una brusca caída desde los 5.048 puntos que marcó el 10 de marzo de 2000 hasta los menos de 1.300 a los que llegó a caer dos años y medio después, en septiembre de 2002. Tras esa caída el Nasdaq se recuperó y a fines de octubre de 2007 superaba los 2.800 puntos, es decir, había más que duplicado en cinco años, para volver luego a caer por debajo de 1.300 en marzo de 2009, en medio de la crisis financiera de las "subprime".
Pero esta vez el Nasdaq se ha superado a sí mismo, ya que desde esos mínimos de marzo de 2009 el indice amplio tecnológico ha más que cuadriplicado en ocho años.
Como decíamos, la fuerza innovadora de las compañías que integran el Nasdaq explica esas subidas, e incluso tal vez las justifica, pero, dicho eso, no nos gusta subirnos en marcha a trenes que circulan a tanta velocidad. Y por ello, sin perjuicio de seguir invertidos en algunas de las grandes tecnológicas que hemos venido recomendando y que mantenemos en cartera (véanse, entre otros, gráficos de Apple de 2 de mayo de 2016 y de Cisco de 16 de noviembre de 2015) no seríamos compradores de futuros del Nasdaq a estos precios, y preferimos esperar algún recorte como los ya mencionados de 2002 o 2009.