A menudo, la contratación de una tarjeta de crédito tiene lugar de una forma totalmente automática. Abrimos una cuenta corriente y nuestro banco nos asigna una o varias tarjetas. Sin embargo, ¿alguna vez te has preguntado si realmente necesitas esa tarjeta de crédito? Al fin y al cabo, quizá exista alguna otra tarjeta que se ajuste mejor a tus necesidades y hábitos de consumo.
Además, es posible que dicha tarjeta implique una serie de condiciones a las que te comprometes en el momento en el que la aceptas. ¿No sería mejor pensárselo dos veces antes de aceptar una tarjeta de crédito sin conocer sus principales características?
Eso es precisamente lo que vamos a hacer en este artículo. Vamos a explicarte una serie de criterios que te permitirán contratar una tarjeta de crédito, sabiendo que vas a sacarle verdadero partido.
Esto es algo que ocurre con relativa frecuencia. Muchos consumidores son clientes de tarjetas de crédito que ni siquiera utilizan. Su entidad bancaria la emitió por ellos y se la entregó durante el proceso de apertura de su cuenta o incluso tiempo después, como parte de algún tipo de promoción.
El hecho de ser titular de una tarjeta de crédito que no tenías pensado utilizar tiene repercusiones más importantes de la que crees:
Por un lado, es posible que termite empleando la tarjeta, lo que implica un mayor riesgo de endeudamiento; algo que podrías evitar fácilmente si no dicha tarjeta no obrara en tu poder.
Por otro lado, el hecho de no utilizar la tarjeta puede suponer que termines abandonándola en algún cajón y extraviándola. Eso supone un riesgo en caso de que alguien la encuentre y comience a utilizarla sin tu autorización. Además, si la pierdes y, en algún momento dado decides empezar a utilizarla, tendrás que solicitar un duplicado a tu banco. Puede que te exijan pagar una comisión por el extravío y posterior emisión del duplicado.
Finalmente, la tarjeta puede implicar comisiones de mantenimiento que supondrán un gasto inútil, dado que no estás haciendo uso de la tarjeta.
Aunque parezca absurdo, mucha gente no necesita realizar compras a crédito. Su estilo de vida les permite pagar sus compras en el momento en que las realizan. Esto supone una clara limitación del riesgo de sobre endeudamiento, que es uno de los grandes problemas de la economía de las familias españolas. Es decir, vivimos muy por encima de nuestras posibilidades.
Antes de contratar una tarjeta de crédito, tienes que comprender cuál es su propósito:
Realizar compras que se liquidan a fin de mes; esto es, en lugar de pagarse en el mismo momento de la compra, el cargo se nos pasa a finales del mes en que dicha compra ha tenido lugar.
Aplazar y fraccionar las compras, en cuyo caso parte del coste de la compra se va pagando poco a poco, a lo largo de los meses. Por supuesto, también se deben pagar los correspondientes intereses.
Precisamente, los intereses que se aplican por el aplazamiento del pago de las compras suponen un sobre coste al que hay que hay que hacer frente.
No obstante, éste no es el único gasto extra en el que incurriremos como consecuencia de la contratación de una tarjeta. También son frecuentes las comisiones de emisión y mantenimiento.
Debes tener en cuenta que estas comisiones, unidas a los tipos de interés pagados por las compras aplazadas encarecen todas y cada una de tus compras y tu estilo de vida en general. El hecho de pagar más tarde puede resultarte más cómodo pero, desde luego, no es más barato.
¿Puedes permitírtelo realmente?
En contra de la creencia popular, no todas las tarjetas de crédito son iguales ni ofrecen las mismas ventajas. Es cierto, que muchas de las tarjetas que se emiten habitualmente como complemento de las cuentas corrientes tienen muchas características en común.
Sin embargo, existen otras muchas tarjetas que disponen de servicios y ventajas especializadas. Si las conoces, puedes conseguir mejorar tu estilo de vida de manera significativa.
Determinadas tarjetas de crédito ofrecen ventajas pensadas para las personas que viajan con frecuencia. Entre todas estas ventajas destacan:
Los seguros de viaje en caso de accidente, enfermedad, extravío del equipaje, retraso del vuele, secuestro del medio de transporte, fallecimiento y repatriación, etc.
Uso de la tarjeta en cajeros automáticos en el extranjero sin pagar comisiones.
Otras tarjetas de crédito están especializadas en el mundo del motor, especialmente en todo lo que se refiere a los repostajes en las estaciones de servicio.
Algunas tarjetas aplican sustanciosos descuentos sobre las compras realizas en grandes superficies, o bien compras de alimentación. Esto puede suponer un notable ahorro en el carrito de la compra.
Determinadas tarjetas disponen de un programa interno de promociones, sólo disponibles para sus clientes. Dichas promociones incluyen descuentos y precios especiales en múltiples actividades de ocio.
Finalmente, también hay tarjetas que aplican descuentos sobre las compras que sean objeto de aplazamiento. Después de todo, si tienes intención de aplazar tus compras, al menos, que te hagan un descuento por ello.
Mucha gente cree que para poder utilizar determinada tarjeta, es imprescindible abrir una cuenta en el banco que la emite.
Esto no es del todo cierto, hay entidades bancarias que emiten tarjetas las cuales pueden ser contratadas por cualquier persona, con independencia de de sean clientes de la entidad o no. Sencillamente, tendrán que indicar una cuenta corriente de la que sean titulares y en la cual se realizarán los cargos correspondientes a la tarjeta contratada.
Ahora ya conoces las principales claves para contratar una tarjeta de crédito. Confiamos en que te sean útiles.