Aunque no es precisamente un invento de ahora, porque llevan mucho tiempo en circulación, sí es cierto que se observa un fuerte auge en el número de empresas que se dedican a comercializar mini créditos o mini préstamos, por no hablar del papel que está jugando la publicidad en los diversos medios de comunicación.
Pero como todas las cosas, siempre hay que entender muy bien el “producto”, conocer perfectamente la letra pequeña, porque no todo es tan bonito como lo pintan y luego las consecuencias suelen ser dolorosas. Por tanto, vamos a hablar un poquito de este tema en cuestión.
El verdadero gancho que tienen estos mini préstamos es que se obtienen de manera muy rápida, sin papeleo ni burocracia, sin requisitos especialmente difíciles de cumplir. Y todo esto en base a que la cuantía económica que se presta suele ser baja, básicamente porque la idea de este tipo de mini créditos es poder hacer frente a un gasto o necesidad puntual y concreto, no es para financiar algo cuantioso o duradero en el tiempo.
Hasta aquí la parte positiva, que desde luego es interesante y como comenté anteriormente, supone un gancho de captación muy ventajosos para las empresas del sector. Pero la parte negativa no hay que obviarla y no es otra sino los elevados intereses o “costes” que llevan aparejados intrínsecamente estos mini préstamos, que si no se llegan a controlar debidamente podrían fácilmente llevarnos a endeudarnos más aún si cabe.
Y es que los mini créditos son bastante más caros que los préstamos de consumo tradicionales. Pero una vez más, entra en juego el noble arte del marketing y muchas compañías ofrecen ventajas y ofertas, como por ejemplo que para la primera solicitud o para los buenos clientes tenga un coste más barato (incluso a veces hasta gratis)
Veamos cada una de todas estas cuestiones:
– La cantidad de dinero que suelen prestar es reducida, generalmente el top o límite tiende a establecerse en torno a los 600 euros si tiramos por los más conservadores y precavidos, pudiendo llegar a encontrarse empresas que permiten hasta 1.000 euros e incluso 2.000 euros. No obstante, si es la primera vez que se pide un mini crédito el tope suele ser 300 euros para nuevos clientes.
– Como la cuantía de dinero prestado es baja, también el plazo temporal para devolver el préstamo es reducido, va todo en proporción. Por regla general, suele ser entre 7-10 días y máximo 30 días. La excepción poco habitual es llegar a ver plazos temporales de hasta 60 días.
– Una cosa es la ausencia de papeleo y de burocracia y otra es que no exijan requisito alguno. Son pocos y relativamente fáciles de alcanzar:
Ser mayor de edad.
Aportar el número del DNI.
Ser residente en España.
No tener ningún préstamo o crédito vigente con la empresa.
Disponer de una cuenta bancaria donde mandar el dinero.
Algunas compañías exigen adicionalmente disponer de un ingreso mínimo.
– La mecánica de todo el proceso es también sencilla. Simplemente se rellena un formulario desde la página web de la compañía, se elige la cantidad de dinero y el plazo temporal. Pedirán para contacto un número de teléfono y un correo electrónico, y ya está. Si se aprueba el mini préstamos, al cabo de unos minutos se dispondrá ya del dinero solicitado en la cuenta bancaria que se haya indicado previamente.
– Una duda habitual que suele surgir es si se puede solicitar un mini préstamos aunque se esté dentro de una lista de morosos. Por regla general no, aunque bien es cierto que muchas compañías sí lo permiten, eso sí, siempre y cuando no se supere el umbral de una determinada cantidad de dinero.