¿Qué tiene que ver el destino de un pantalón que ya no usamos con el cambio climático? Si le damos una nueva vida a la prenda, por ejemplo dejándola en un contenedor de recuperación de ropa, se podrá reutilizar y evitaremos emisiones de CO2. Además, ahora podemos saber qué conseguimos concretamente con este gesto.
A continuación, recogemos ejemplos con otros artículos de consumo cotidiano. Algunos datos valen más que mil palabras.
¿Cuántos coches se evitan reutilizando un portátil?
La entidad impulsora de esta herramienta de sensibilización, la Asociación Española de Recuperadores de Economía Social y Solidaria, destaca que en los últimos 5 años ha conseguido evitar emisiones equivalentes a sacar de circulación casi 112.000 coches en España reutilizando residuos. Algo posible gracias a pequeñas acciones individuales como utilizar los contenedores de ropa de la cooperativa catalana Roba Amiga o entregar muebles y electrodomésticos usados a la entidad balear Fundació Deixalles, ambos miembros de AERESS y que también han contado con financiación de Triodos Bank.
La importancia de recuperar bien
Hay beneficio medioambiental y social… si recuperamos bien. Las entidades que gestionan la reutilización de ropa, en muchos casos sin ánimo de lucro, ven con preocupación cómo proliferan en las ciudades contenedores no autorizados y que, por lo tanto, no garantizan el fin social ni su adecuado tratamiento.
Por ello, reclaman una mayor implicación de las instituciones para que se retiren y se evite confundir a la ciudadanía. Igualmente, agradecen el cuidado de todos, ya que estos contenedores suelen diferenciarse por su ausencia de identificación.
Va en serio. Las advertencias generalizadas de la comunidad científica y la acumulación de tristes experiencias sobre las consecuencias del cambio climático dejan claro que no conviene olvidar este problema global que, a veces, parece quedar en segundo plano tras otras urgencias.
Una buena forma de combatirlo es tener presentes en nuestro día a día las 3R: reducir, reutilizar y reciclar. Con ello, podemos reducir de forma significativa las emisiones con efecto invernadero vinculadas con el desarrollo de nuevos productos y su posterior desecho como residuos.
Está en nuestras manos.