Cuando se habla de gestionar los ahorros, se puede hacer de dos maneras: de forma individual o bien mediante una Institución de Inversión Colectiva. Digamos que si el inversor busca algo muy concreto (Letras del Tesoro, acciones concretas de compañías) lo puede hacer de forma individual. en cambio, si lo que busca es una inversión bien diversificada, no sólo en lo referente a los activos sino también a su plazo temporal, necesitará un instrumento de inversión colectiva.
Las Instituciones de Inversión Colectiva (IIC) administran las carteras formadas con aportaciones efectuadas por inversores individuales, aportaciones que se captan públicamente mediante la emisión de activos financieros como acciones (en el caso de sociedades de inversión) o como participaciones (en el caso de fondos de inversión).
La labor de estas instituciones es importante:
– Incrementan el capital invertido por las familias.
– Facilitan la colocación de títulos en el mercado, abriendo nuevas vías de financiación para las empresas.
– Aumenta la liquidez de los mercados.
Las Instituciones de Inversión Colectiva pueden ser de carácter financiero y no financiero:
* Financieras (invierten en activos como los títulos de renta fija y de renta variable):
Sociedades de inversión mobiliaria nacionales (SICAV).
Sociedades de inversión mobiliaria extranjeras.
Fondos nacionales de inversión (FI).
Fondos de inversión extranjeros (FCP).
* No financieras:
Fondos de inversión inmobiliario (FII).
Sociedades de inversión inmobiliaria (SII).
En el próximo artículo veremos los fondos de inversión (qué son, diferencias respecto a otras IIC, cómo nace un fondo, qué es la sociedad gestora y la entidad depositaria y la entidad distribuidora).