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Los ricos no ganan un 61% más que antes de la crisis

por Laissez Faire Hace 7 años
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“Los ricos ganan un 61% más que antes de la crisis”. La noticia, que hemos podido leer y escuchar en numerosos foros durante los últimos días, vendría a acreditar la conspiranoica teoría de que la crisis ha sido, en realidad, una estafa para que los acaudalados se forren a costa de las rentas medias y bajas. El problema de tan llamativo titular es que es falso: los ricos no ganan más que al inicio de la crisis, sino bastante menos.

Vayamos primero con las cifras que aparentemente demuestran que los ricos españoles se han forrado en esta última década. El importe medio de la base imponible general del IRPF para aquellos declarantes con ingresos superiores a 600.000 euros fue en 2007 de 495.919 euros, mientras que en 2015 ascendió a 799.286 euros: es decir, un incremento del 61,1%. Un dato resultón que tiene, sin embargo, tres problemas fundamentales.

El primero, bastante elemental, es que los precios han aumentado un 12,5% entre 2007 y 2015, de manera que el incremento de sus ingresos reales (y no nominales) no es del 61,1% sino del 43,2%. Aun así, sigue pareciendo una ganancia muy notable para tiempos de crisis.

Segundo problema: en esta comparativa únicamente estamos teniendo en cuenta los ingresos incluidos en la base imponible general del IRPF, esto es, aquellos ingresos que proceden de las rentas del trabajo, de actividades profesionales o de los rendimientos inmobiliarios. Sin embargo, no estamos teniendo en cuenta las rentas que integran la base imponible del ahorro y que, además, son singularmente importantes para este tramo de la población. Pues bien, si sumamos el importe medio de la base imponible general y del ahorro para los declarantes con ingresos superiores a 600.000 euros, observaremos que éste pasa de 1.537.650 euros en 2007 a 1.726.821 euros, esto es, un incremento nominal del 12,3%. Pero una vez corregimos por la inflación del período, resulta que el “rico” medio ganó en 2015 un 0,2% menos que en 2007. Además, habría que añadir, lo ganó en mayor medida con el “fruto de su trabajo” (base general) y no tanto con las rentas de su capital financiero (base del ahorro).

Y con esto llegamos al tercer problema del tramposo titular: en 2007, había 10.580 personas que declaraban rentas superiores a 600.000 euros; en 2015, fueron 7.249. Es decir, 3.331 personas que ganaban más de 600.000 euros anuales en 2007 habían dejado de ganarlos en 2015: un colectivo que, en consecuencia, no hay visto incrementadas sus rentas sino muy sustancialmente reducidas. No en vano, los ingresos agregados de los declarantes con rentas superiores a 600.000 euros fueron de 16.128 millones de euros en 2007, frente a los 12.285 millones de 2015: una caída del 23,8% que, una vez sumamos la inflación, asciende al 32,3%.

Evidentemente, lo anterior no significa que los ricos hayan sufrido unas pérdidas en sus ingresos del 32,3%: en esencia, porque los 3.331 contribuyentes que han dejado de ganar más de 600.000 euros no han pasado a ganar cero euros (simplemente se han trasladado a un tramo de IRPF inferior). Pero incluso si comparamos los ingresos agregados de todos aquellos contribuyentes que ganan más de 150.000 euros al año (para incluir a aquellos ciudadanos que hayan dejado de ganar más de 600.000 euros pero sigan ganando más de 150.000), la contracción real de sus rentas agregadas sigue siendo del 32,2%. Y si incluyéramos a todos los que ganan más de 60.000 euros anuales (“los ricos”, según la particular definición de Podemos), la contracción real de sus rentas agregadas serían del 23,7%.

En definitiva, ni en términos medios ni en términos agregados puede decirse que “los ricos” ganen un 61% más que antes de la crisis. El titular únicamente pretende alimentar el revanchismo interclasista con el presunto objetivo de justificar una mayor tributación sobre esos españoles que presuntamente “se han forrado con la crisis”. Pero tampoco deberíamos caer en esta trampa tan burda: en 2015, como ya hemos indicado, los contribuyentes que declararon más de 600.000 euros de ingresos tuvieron unas rentas agregadas de 12.285 millones de euros, de los cuales ya pagaron 3.986 millones de euros en impuestos; esto es, apenas quedarían 8.298 millones de euros que rapiñar. Teniendo en cuenta la muy superior movilidad de estas rentas y, sobre todo, que entre los declarantes que ingresan menos de 60.000 euros quedan 269.000 millones de euros por rapiñar, ¿a por quiénes creen que irán nuestros políticos para incrementar muy sustancialmente la recaudación? Cuidado con el populismo fiscal que puede terminar devorando a sus propios padres.


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