Interesante análisis publicado ayer por el Banco de España bajo el título de “la evolución económica del sector privado en la zona del Euro en 2016”. Analiza la situación económica-financiera de familias y empresas europeas durante el año pasado.
Aquí vamos a centrarnos en los datos de los hogares.
El aumento de la renta (empleo) y riqueza, en un entorno de baja inflación, impulsó el consumo de las familias europeas durante el año pasado. Pese a la contención salarial. Al final, el aumento del gasto fue del 1,9 % en términos reales.
El ahorro de las familias europeas se mantuvo relativamente bajo desde una perspectiva histórica, en el entorno del 12 % de la RBD. Detrás de este bajo ahorro se puede esconder tanto su baja remuneración en un entorno de tipos de interés oficiales casi nulos como la mejoría económica y del mercado de trabajo.
Las familias europeas aumentaron el año pasado un 4,2 % sus activos financieros, con un crecimiento del 2,8 % la partida de efectivo y depósitos. Estos suponen un 33 % del total de activos financieros. La inversión en activos de renta fija bajó un 0,9 %, cuando el aumento de la posición en acciones fue del 0,6 % . Seguros y pensiones con un peso similar al de los depósitos, aumentaron un 1,8 %.
La riqueza neta de los hogares europeos aumentó el año pasado un 4,4 %, con la contribución positiva de los activos financieros en un 3,4 % y de los inmobiliarios un 4,9 %. Sí, la revalorización de los inmuebles fue casi generalizada en la zona. Por lo que respecta a la deuda, siguió su ajuste hasta retroceder hasta un 93,5 % de la RBD (94 % antes). La deuda sobre activos financieros bajó el año pasado hasta un 27,3 % desde el 27,8 del año anterior y niveles de 32 % en 2010.
Por cierto, con un nuevo mínimo reciente en la carga financiera: hasta un 0,9 % de RBD desde el 1,1 % anterior. Un descenso del 57 % desde 2010, frente al recorte del 4,0 % en el caso de la deuda (en términos relativos) en el mismo periodo.
El ritmo de aumento de la financiación de los hogares europeos durante el año pasado fue muy moderado, del 2 % en el caso de los préstamos de los bancos frente al 1,4 % del año anterior. Los préstamos para la compra de vivienda crecieron un 2,7 %, aunque por debajo del crecimiento de los préstamos para consumo que lo hicieron un 4 %.
Más del 50 % de los nuevos préstamos para la compra de vivienda fueron a tipo de interés fijo durante un plazo superior a 10 años. Esto contrasta con un porcentaje del 20 % para esta modalidad de préstamos antes de la crisis. El tipo de interés fijo fue el año pasado muy similar al variable.