Hace ya muchos años, cerca ya de las dos décadas, trabajaba en la mesa de renta variable de un banco de inversión estadounidense. Un compañero de aquel entonces me pidió que tuviéramos una reunión con un amigo suyo matemático, porque quería explicarme un estudio que había realizado. Recuerdo haber ido a aquella reunión bastante intrigado, pues mi compañero no me adelantó de que se trataba. El encuentro se celebró en una cafetería del centro de Madrid. 

Tras las presentaciones y pedir tras cafés al camarero, el "amigo matemático" sin demasiados preámbulos me empezó a hablar de un sistema operativo que había creado basado en redes neuronales. En ese momento era la primera vez que escuchaba ese término. Me enseño un amplio histórico de operaciones, calculo que unas 100 hojas, en la que se detallaba el resultado del sistema. 

Dos cosas me sorprendieron, por un lado el aspecto desaliñado del amigo de mi compañero, se ajustaba perfectamente a la imagen estereotipada de un matemático, y por otro la tasa de acierto de aquel sistema operativo que no entendía. Superaba el 70%, lo que para un sistema automático es mucho. 

Pedí que me explicara en qué consistía su sistema, y me dijo que sólo podía hacerlo de forma general y que no podía entrar en detalles. Lo cual entendí y agradecí. El objetivo de la reunión era ver si ese sistema me parecía interesante, y si consideraba que se podría crear un fondo de inversión gestionado por él. 

Tengo que decir que en aquellos años se practicaba una gestión financiera completamente convencional, de hecho, el análisis técnico era empleado como una herramienta muy accesoria. Por tanto, que me propusiera crear un fondo donde se aplicara una gestión automátizada basada en redes neuronales me pareció algo no realizable, independientemente de que su estudio me pareciera interesante o no, que me lo parecía. Ahí quedó la cosa. 

Años más tarde supe que después de ofrecerle el mismo sistema a otros bancos de inversión y casas de bolsa, decidió gestionar dinero propio y de conocidos, y que le estaba iendo bastante bien. 
Esta historica del pasado me vino a la cabeza cuando leí la noticia de que JP Morgan iba utilizar un robot de última generación para ejecutar operaciones de trading basadas en algoritmos matemáticos. El sistema automático que se va a lanzar a nivel global ya ha sido utilizado en la renta variable europea con notable éxito. Próximamente se lanzará en Asia y Estados Unidos. 

El sistema que ha desarrollado JP Morgan, según las informaciones que se han filtrado, es extremadamente avanzado, y está consiguiendo unos niveles de beneficio en su operativa de trading fuera del alcance de los operadores humanos, lo que me lleva a pensar, que en pocos años la gestión financiera será automática en gran parte, y que sólo el componente de trato personal con el cliente mantendrá algunos puestos de trabajo de los traders humanos.

Hace 20 años el amigo de mi compañero desarrolló un sistema sumamente eficiente para operar en bolsa y en aquellos momentos nadie confió en él. Dentro de otros 20, probablemente las mesas de trading estarán dominadas por robots y sus sistemas automáticos.