Como ya sabrán, ayer se publicaron las Actas de la FED y hoy las del BCE. Podemos extraer una serie de conclusiones interesantes al respecto que convendría conocer.
FED
– La tasa interanual de inflación se ha ralentizado y se mantiene por debajo del objetivo de la entidad que es el 2% anual.
– Seguramente todavía siga por debajo del 2% durante un tiempo, es el escenario más realista y probable.
– Teniendo en cuenta estos dos primeros apuntes, serán pacientes en lo referente a volver a subir los tipos de interés.
– Están preparados para empezar a reducir su cartera de bonos del Tesoro y activos respaldados por hipotecas.
Por tanto, la idea es que la Fed ha subido en lo que va de año los tipos dos veces y su hoja de ruta era hacerlo una vez más, pero las circunstancias respecto a la inflación no son las previstas y podríamos ver a la Fed esperar a volver a subir los tipos en el 2018.
El próximo mes de septiembre es la siguiente reunión y veremos si a su finalización, Janet Yellen, en la rueda de prensa prevista, arroja algún dato más en cuestión.
BCE
– Cuanto mejores sean las perspectivas de crecimiento mayores incrementos tendremos en la creencia de que la inflación subirá a su ritmo hasta el objetivo del 2%.
– Se advierten signos de que puede seguir subiendo, pero todavía es pronto para afirmarlo con mayor rotundidad.
Es curioso que el BCE comentase también dos cuestiones:
Existe un riesgo de que las condiciones financieras puedan ir a peor, por lo que aconseja que se modere el lenguaje para no dar una imagen errónea del mercado y que no haya reacciones adversas.
El mercado podría estar pasando ciertos límites y líneas rojas, sobre todo en las divisas.
Hombre, resulta paradójico que ésto lo diga el BCE cuando llevan años y años adoptando políticas monetarias e interviniendo directamente para manejar al euro a su antojo, pero bueno.
El euro mantiene su tendencia alcista frente al dólar y tras dos años y medio logró salir del rango lateral en el que se encontraba inmerso. De todas maneras, hoy el billete verse se aprecia, entre otras razones, por los rendimientos del Tesoro estadounidense.