P.E. se prejubiló hace un par de años. Desde muy niño comenzó a trabajar en el mundo de la Bolsa. Su carrera ha sido ejemplar y unidireccional: de abajo a arriba, sin perder impulso. Trabajo, esfuerzo y dedicación. Y en todo el tramo, ahorro, mucho ahorro invertido de manera indistinta en Bolsa. No ha perdido ni la fuerza, ni el empeño. Ha mejorado la percepción analítica, que la brinda el mantenerse al margen de cualquier institución pública o privada. No le traiciona el subconsciente. Hablo con él con relativa frecuencia. Intercambiamos pensamientos, proyecciones. Siempre al margen de lo que sale de los mentideros o de la maquinaria de las firmas de Bolsa. Llevamos muchos años en el tajo. Sin despreciar a unos u a otros, diseccionamos empresas y tendencias. "Cuando aprendes a convivir con el largo plazo las cosas son más fáciles. Nos han condenado a estudiar los fenómenos bursátiles a través de la teoría de los ciclos, porque la Represión Financiera es tan brutal, que no hay otras alternativas. Represión que se traduce en una manipulación nunca vista de los Mercados globales. Represión que se alimenta con unas tasas impositivas tan fuertes, que desaconsejan hacer movimientos a corto. Represión, en fin, que nos lleva, de una manera u otra, a las Bolsas, a resucitar el efecto riqueza y a partir de ahí buscar as derivadas, como el aumento del consumo privado y la percepción continuada de que hemos pasado lo peor", me dice.
"Desde mediados de 2007 unos pocos descubrimos que la maquinaria de la Bolsa y de los Mercados estaba atascada. No había ideas, ni proyectos ni potencial de subida. Decidí vender todo y esperar. Intuí que venía un batacazo, pero no de la dimensión que se ha producido. Intuí y reflexioné entonces sobre un cambio de modelo, pero no tan amplio y profundo como el que se ha producido...".
"Desde el otoño de 2007 se han producido grandes sacudidas en los mercados globales, pero ha sido Wall Street, una vez más, el que ha puesto tierra por medio y superado los mejores niveles de su historia. ¿Eso seguirá así? Mi apuesta es negativa. Tarde o temprano se producirá un acoplamiento de los mercados. Esa es mi apuesta actual...".
"Apenas he movido ficha en los diferentes episodios de volatilidad que se han producido en los últimos años. Desde esta primavera mi perfil de riesgo ha cambiado. Me muestro moderamente optimista y ya he realizado operaciones interesantes. Sí, apuesto por la frase bíblica de los últimos serán los primeros, porque hay fundamentos para ello. Los últimos, en este caso los mercados europeos, serán los primeros en la obtención de plusvalías en los próximos años, porque las ganancias ya han sido muy altas en los mercados anglosajones. Y dentro de Europa, los últimos de la cola, los periféricos, serán los primeros...".
"He aludido a la teoría de los ciclos. Siete años de travesía en el desierto son muchos años. Estamos saliendo de la arena, que nos quema los pies y todos, de una u otra manera, estamos convencidos de que las cosas ya no serán como antes. Este convencimiento es el que nos hace más fuertes. Y la Bolsa, como siempre, lo anticipa. Ahora apuesta de manera timorata. Ya vendrán las fuertes alzas, las exageraciones. Lo de siempre...".
"¿Crash en Wall Street? Nadie estamos a salvo de los cisnes negros. Pero no lo creo. Apuesto por una voladura controlada, pero de manera muy tímida. El mundo sigue. No ha llegado el fin del mundo. Y si llega ¿qué más da tener uno, dos, mil o ningún millón de euros en la cuenta corriente?...".