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España envejece y no ahorra

Redacción La Carta de la Bolsa
por La Carta de la Bolsa Hace 7 años
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El incremento de la edad media de la población modifica los patrones de consumo y ahorro. Las familias españolas incrementan su gasto en sanidad, pero están por detrás de Alemania e Reino Unido en lo que destinan a educación . La renta disponible de los jóvenes se estancó entre 2005-2015, mientras la de los jubilados crecía a un promedio superior al 4% anual. El endeudamiento en España es mayor que en el resto de países estudiados, debido a que más del 60% de los hogares gasta más de lo que ingresa. El inversor nacional muestra una propensión cada vez mayor hacia productos marcado perfil conservador

El envejecimiento de la población mundial está imponiendo profundas transformaciones en la economía global. España, en donde la población por encima de 65 años se ha más que duplicado desde 1960, no es ajena a esta tendencia. Así se recoge en el estudio de la Fundación de Estudios Financieros (FEF) y Fidelity, presentado esta mañana en la Bolsa de Madrid. Dicho documento revela que los patrones de consumo y ahorro españoles muestran importantes peculiaridades respecto a países de su entorno.

El estudio de FEF y Fidelity, que se nutre de datos facilitados por organismos internacionales como Eurostat y diversas oficinas estatales, compara el consumo y ahorro de España, Alemania, Reino Unido, China-Hong Kong y Japón. Este último país, dada su evolución demográfica en las últimas décadas, aparece como una ‘escuela de envejecimiento’ en el que países como España, en un estadio más temprano, pueden anticipar los efectos de la longevidad. 

El análisis se extiende también a la cartera de inversión de las diferentes cohortes de población de estos países, estimando su composición en función de diversos factores como productividad, aversión al riesgo, preferencia temporal, entre otros.

El análisis de los datos a lo largo del tiempo demuestra que, a escala global, la longevidad tiende a desplazar el gasto desde el ocio hacia inversiones a largo plazo. Dentro de esta tendencia general, España representa una singularidad en lo que respecta al capital humano, ya que es el país que menos gasta en educación, tanto pública como privada. La reducción más notable en formación se produce entre los más jóvenes, mientras que las familias con hijos, a partir de los 35-45 años, incrementan estos gastos en menor proporción que nuestro entorno.

En lo que respecta al gasto sanitario, un capítulo en aumento cuando la población envejece, los hogares españoles con miembros de más de 60 años destacan por el fuerte incremento de esta partida. Sorprendentemente, el crecimiento más llamativo en gasto sanitario, con una subida anual acumulada del 7%, se produce en los hogares más jóvenes, con una edad media inferior a los 30 años, debido al mayor diagnóstico de enfermedades corrientes como la atención bucodental, alergias, lesiones musculares o incidencia de virus.

El gasto en alimentos de primera necesidad, un capítulo que también tiende a crecer con la edad, no tiene reflejo en España, donde todos los grupos de edad registran una fuerte caída en la cantidad destinada a alimentos, bebidas y tabaco. También el vestido y el calzado muestran una reducción generalizada. Esta tendencia se explica por el nivel actual de renta per cápita, que lleva a demandar bienes de mayor valor añadido.

DECISIONES DE AHORRO CON VISTAS A LA JUBILACIÓN

Los cambios en los patrones de consumo registrados durante la década 2005-2015 se produjeron en un momento en el que la renta disponible para los jóvenes entre 18 y 24 años se estancaba debido al desempleo, la inflación (especialmente antes de 2008) y la devaluación salarial. Por contra, los hogares españoles en los que el cabeza de familia está retirado son los que registraron crecimientos superiores al 4% en promedio anual desde 2005. Este aumento de la renta disponible fue posible gracias a que las bases de cotización de los jubilados más recientes son superiores a los de las de generaciones anteriores, generando pensiones más altas.

La evolución del consumo y la renta disponible han modificado profundamente el ahorro familiar, que se dirige tanto hacia la inversión a largo plazo sobre activos reales como hacia un mayor peso de los productos de vida y ahorro destinados a la jubilación. 

El saneamiento de la posición financiera de las familias se incrementa mucho después de los 35 años y realmente a partir de los 50. Antes no se aprecia preocupación por ahorrar más para afrontar una jubilación más larga. Por el contrario, se confía en la propia capacidad para generar en el futuro unas rentas más elevadas y un mayor ahorro, con vistas a disponer de recursos en la vejez.

Pero con independencia del movimiento hacia una mejora de la solvencia, las diferencias en saneamiento financiero son enormes entre España, Alemania y Reino Unido. En España más del 60% de las familias gasta recurrentemente más de lo que ingresa, lo que les obliga a recurrir al endeudamiento de forma continua, especialmente para financiar la compra de vivienda. Esto explica hasta qué punto las familias españolas tienen unas necesidades superiores de liquidez respecto a  las alemanas o las británicas.

ASIGNACIÓN DE ACTIVOS PARA UNA MAYOR LONGEVIDAD

Tras revisar todos los elementos que intervienen en las decisiones de ahorro, el estudio patrocinado por Fidelity identifica las pautas que guían la asignación de activos a la hora de confeccionar una cartera adaptada a una longevidad superior. 

Dentro del mercado occidental, el incremento de la edad media de la población y de los mayores de 65 años está detrás de la preferencia por los activos de menor riesgo. En el caso español, esta tendencia se manifiesta en un incremento en la propensión a invertir en productos de liquidez, fondos de inversión y seguros de vida y ahorro. También hay un incremento en renta variable, pero no es tan relevante como el resto de los activos financieros.

Por su parte, la inversión en vivienda se mantiene estable en el entorno del 50% y el coeficiente de liquidez incluso supera el 1% del total del patrimonio en la primera parte de la jubilación y en los años inmediatamente anteriores a su retiro del mercado laboral.

España, partiendo de unas condiciones desfavorables para afrontar el proceso de longevidad, está a tiempo de poder revertir esta situación con más ahorro, una mayor previsión de largo plazo y una mejor gestión de su riqueza. El modelo que propone el Estudio facilita la consecución de estos objetivos de largo plazo.


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