Ayer conocimos la evolución de la M3, objetivo intermedio no oficial de dinero del BCE. La M3 aceleró ligeramente su crecimiento en agosto hasta un 5 %, desde el 4,5 % anterior. Pero muy por debajo del 9,5 % del agregado más estrecho M1. ¿Qué significa esto? Que el fuerte aumento de la liquidez por el BCE se percibe de una forma muy limitada en la M3. La evolución de la liquidez en los mercados y del dinero en la economía real presentan un creciente gap.
La conclusión final anterior no significa poner en cuestión la efectividad de la política monetaria. Siguiendo la petición recurrente del Presidente Draghi, es necesario ser prudente, paciente y persistente. Pero, también parece claro que estas demandas no se pueden mantener de forma indefinida. Especialmente ante el riesgo de consecuencias a medio plazo no deseadas de la aplicación de medidas expansivas no tradicionales llevadas al límite. Y también cuando el préstamo de las entidades financieras se recupera.
De acuerdo con los datos publicados ayer, el crédito en la zona EUR a residentes mantuvo en agosto un aumento anual del 4,2 %, casi el doble del crecimiento nominal estimado para la economía del área. Pero la cifra anterior esconde una importante diversidad en la evolución de sus componentes. Por ejemplo, el aumento del 8,3 % (7,6 % antes) del crédito al sector público y del 2,8 % (3,0 %) en el crédito al sector privado. Dentro de este último grupo, los préstamos de las entidades financieras aceleran su ritmo de aumento hasta una tasa anual del 2,5 %. Por cierto, la emisión de papel al mercado (financiación mayorista) aumenta un 6,0 % anual.
Los préstamos de las entidades financieras a las familias suben un 3,1 % anual en agosto, la cifra más alta de los últimos meses. Crecimiento del 6,7 % para los préstamos para consumo y del 3,4 % en los préstamos hipotecarios. En ambos casos con moderadas subidas. Por lo que respecta a los préstamos a empresas no financieras, aumentan en agosto un 1,4 % desde el 1,2 % anterior. La financiación bancaria es un hecho. Imprescindible para entender la mejora económica reciente. Pero un aumento del crecimiento potencial no es responsabilidad de políticas de demanda.
Sobre la base de todo lo anterior, parece claro que muchas de las medidas monetarias excepcionales aplicadas durante la crisis ahora quizás son menos necesarias. Esto no cuestiona la importancia de la política monetaria en el pasado reciente. Pero su prolongación en el tiempo puede plantear más riesgos que beneficios.