Las finanzas son apasionantes y cuánto mayor es el grado de conocimiento que tienes sobre el mercado financiero y los aspectos económicos, más las disfrutas.
No se trata de algo baladí, ni que tampoco podemos dejar correr el tiempo en este ámbito. De la formación financiera dependerá el futuro de los más pequeños.
¿Un poco exagera esta afirmación verdad? Puede parecer algo irrelevante, pero debemos poner cartas en el asunto y atajar “el problema” cuanto antes.
¿Y una tarjeta de crédito de una de débito? ¿Y un bono de una letra del estado? Pues cosas tan sencillas y básicas, son desconocidas para la mayoría de los mortales.
Quizá piensen que estamos hablando de física cuántica, pero nada mas lejos de la realidad.
Estamos hablando de conceptos financieros básicos que utilizaremos en el día a día dentro de unos cuántos años. Por tanto, los más pequeños, los niños deben comenzar cuanto antes a conocer estos asuntos.
Se trata de explicarles cosas muy básicas que necesitarán conocer cuando sean mayores. Para comprar un coche, ir al supermercado o financiar un televisor. Por ello, es vital paral el futuro de nuestra sociedad, incluir las finanzas en los planes de estudio. Desde pequeños, a todos los niveles.
Seguro que muchos de vosotros habéis recibido alguna herencia de un abuelo o de un tío que vive en el pueblo, que con buen criterio había invertido su patrimonio.
Llegado el momento, los herederos reciben una cartera de fondos de inversión que deben gestionar. ¿Qué quiere decir gestionar? Tomar decisiones de inversión, compra o vender, invertir o desinvertir, seleccionar y analizar fondos, etc. Y si no tengo ni idea de finanzas ¿cómo lo voy a hacer?.
Esto no debería ser un problema, ya que existen multitud de expertos asesores financieros que podrán ayudarte. El problema está en que debemos diferenciar un asesor de otro, un banco de otro y unos servicios financieros de otros.
Tú también lo has hecho, y lo sabes. Has estudiado durante semanas las características de un móvil, has revisado todos los centros comerciales de tu ciudad en busca de “la tele perfecta” pero, ¿a cuántos bancos has ido? ¿con cuantos asesores te has reunido?
No tiene sentido que el consumidor sepa las vueltas a la que gira su lavadora y no tenga idea de la volatilidad de su cartera, de lo que sucede cuando vence un bono o de las implicaciones de traspasar un fondo.
Repito, no, tiene, sentido. Ni razón de ser. Por ello, reiteramos la necesidad de que las instituciones se pongan manos a la obra y faciliten a los profesionales financieros trasladar su conocimiento a los niños en colegios.
No se trata de una “clase magistral” , ni se tratan conceptos imposibles. Se trata de una clase para “la vida”. Financiera, en este caso.