Favorecido por la impresionante fuerza de las Bolsas americanas, nuestro valor de la semana pasada, JP Morgan, ha seguido subiendo esta semana, y cerraba el pasado viernes en su máximo histórico, cerca ya de los cien dólares por acción, en concreto en 99,49 dólares. Aunque ciertamente parece que el Dow y sus componentes (uno de los principales, JP Morgan) no van a dejar de subir nunca, seguiríamos recomendando cautela a la hora de comprar acciones cuyo precio ha descontado ya todo lo bueno que pueda venir.
Pero las Bolsas americanas no son las únicas en haber tenido un fulgurante rally a partir de septiembre. El gráfico que adjuntamos muestra cómo también el Nikkei se ha disparado estos dos últimos meses, incluso con mayor intensidad que el Dow Jones.
La escalada del Nikkei desde inicios de septiembre es impresionante y además se ha ido acelerando a medida que se aproximaba la fecha de las elecciones celebradas ayer domingo, en las que ha resultado reelegido Shinzo Abe. El pasado viernes el Nikkei encadenó catorce sesiones consecutivas al alza, su mayor racha alcista desde 1956.
Pese a algunas dudas iniciales, provocadas por ciertos escándalos de corrupción y por la cuestionable efectividad de la política económica puesta en marcha por Abe (la llamada "abenomics") la realidad es que los ciudadanos japoneses han optado por la continuidad. Es verdad que la "abenomics" ha tenido un efecto limitado en la inflación, que ha pasado a ser positiva pero todavía por debajo del 1%, y en el crecimiento, que es también positivo pero le cuesta superar el 1%, pero con una tasa de paro del 2,8% los japoneses no quieren aventuras.
¿Qué significa la reelección de Abe? En principio, más expansión monetaria, más "quantitative and qualitative easing" (QQE), por utilizar palabras del gobernador del Banco de Japón, Haruhiko Kuroda.
Que esto sea a la larga bueno o no es algo que el tiempo dirá, pero lo que parece seguro es que la continuidad del "dinero barato" será bien recibido por los inversores.
No somos partidarios de sumarnos a las euforias, y por ello ante subidas tan verticales como la experimentada por el Nikkei seríamos partidarios de esperar para comprar el Nikkei e incluso, para perfiles de alto riesgo, de tomar posiciones cortas si la victoria de Abe da un impulso adicional al Nikkei.